Por qué la confianza humana es nuestro gran activo para mañana
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1.El factor humano de las creaciones seguirá teniendo valor
Queda ahora claro que la IA podrá generar casi cualquier idea, obra, creación con el máximo nivel de calidad. Así que la pregunta que me parece fundamental es: ¿valoraremos el hecho de que una creación (en un sentido muy amplio de la palabra) venga de un ser humano? Es temprano todavía para decir si la mejor canción del mundo hecha por la IA será tan popular como una de Taylor Swift, o si nos apasionaremos por el análisis que hace la IA de la situación política tanto como de un analista de nuestro periódico favorito. La pregunta es: ¿queremos solo “la obra en sí”, o queremos también saber quién está detrás, su historia, su personalidad, lo que ha querido transmitir? Pasa lo mismo con los influencers: es cierto que existen influencers virtuales con millones de seguidores, pero me parece temprano sentenciar sobre su éxito a largo plazo (un nuevo fenómeno siempre capta cierta audiencia, necesitamos ver si aguantan el paso del tiempo, me parece que la humanidad del influencer es esencial).
Primera predicción: saber que algo ha sido creado por un humano seguirá siendo valorado.
2.Más allá de la autoría de la creación, está la relación con el ser humano
Detrás de estas cuestiones, más que saber el éxito de una obra cultural o informativa, se trata de saber si querremos hacer negocios mañana con máquinas o con seres humanos, si preferiremos la eficiencia fría de una máquina o que una persona nos atienda, nos sonría, nos ayude, nos asesore; si los negocios serán relacionales o meramente transaccionales.
En Singapur, muchos restaurantes tienen ya un código de barras en la mesa para que hagas tu pedido con tu smartphone, sin hablar con nadie. Y algunos incluso tienen robots que traen la comida a tu mesa. Quizás soy latino, pero la experiencia es horrible. Por muy imperfecta que sea la interacción con ciertos camareros, ir a un restaurante no es comprar comida, sino vivir una experiencia, que incluye una interacción humana (de hecho, los restaurantes de gama alta siguen atendidos por humanos). Creo que la persona detrás de la interacción es fundamental (salvo para acciones transaccionales como gestionar la devolución de un artículo o la compra de un producto estándar), pero solo el futuro nos confirmará esta relevancia del factor humano (que es fundamental para saber nuestra relevancia como sector mañana).
Segunda predicción: la interacción humana en un mundo de máquinas e IA será muy valorado.
3.Los medios tradicionales (fuentes humanas por excelencia) no han muerto
En un mundo de IA donde no sabremos qué contenido es humano o generado por bots, qué imagen o vídeo es real, estaremos sometidos a una mermelada de contenidos (imágenes, artículos, vídeos) sin saber si son falsos o reales. Y por muy imperfecta que sean las instituciones (especialmente prensa) en cuanto a objetividad y conflictos de intereses, no dejan de ser instituciones que se juegan su marca, que tienen (a veces) principios periodísticos o éticos a defener. El podcast After Hours predecía esta relevancia renovada de las grandes publicaciones en su debate de tendencias 2024, y me parece claro que la institución editorial supondrá una solvencia más necesaria que nunca en la era de la IA. Algunas nuevas “instituciones” llegarán (un youtuber podrá acabar teniendo este status), pero la sospecha de fake news será un lastre para editores más marginales. Por supuesto, parte de la sociedad ya no valorará la verdad y estará contenta de ver vídeos de Biden asesinando a abuelas con una sonrisa si son trumpistas, por ejemplo. Pero creo que la institución informativa seguirá teniendo valor.
Tercera predicción: ante una ola de contenidos falsos, valoraremos las instituciones un poco más que hoy.
4.Ya se sabe que la noción de confianza es esencial para el éxito de las organizaciones
En un mundo de infinitas opciones de proveedores y de productos, ¿de quién te fías? El neuroeconomista Paul Zak ha investigado la importancia de la confianza y construido un modelo matemático mostrando la relación entre confianza y retorno económico. Y en 2016 un global CEO survey de PwC demostró que el 55% de los CEO piensan que una falta de confianza es una amenaza en el crecimiento de sus organizaciones. Más cerca de nosotros, en la reciente entrevista de eventos magazine con Paloma Uppi (Lenovo), Paloma destacaba que la generación de confianza está ganando como valor de los eventos. No deja de ser algo destacable en un mundo absolutamente tecnológico y “objetivo” como el suyo. La relación y la confianza son más importantes que nunca. La IA probablemente solo intensificará este peso de la confianza.
Cuarta predicción: la relación y la confianza tendrán más valor mañana que hoy, no menos.
5.La relación humana directa crea esta confianza
Todo viene de la oxitocina (la hormona del amor, del abrazo…) que como sabrás, se genera especialmente al pasar tiempo juntos y ha sido estudiada por su papel en la confianza entre las personas. Simplemente, nos fiamos mucho más de alguien con quien hemos pasado tiempo físicamente.
Y podemos apostar que será más importante mañana, cuando un email personalizado, perfectamente elaborado, podrá ser fruto de un bot, y una llamada también. Hasta que hayas visto la gente a los ojos, no sabrás si estás ante una persona real o no. ¿Esto importará? Volviendo a mi primer punto, creo que sí: cierta confianza en otro ser humano y su realidad será más valorada.
Quinta predicción: los momentos compartidos tendrán más valor que nunca como conexión humana que permiten generar confianza.
Conclusión: nuestra relevancia
La verdad: no sé si todo esto es una predicción o un deseo (probablemente los dos, como siempre, somos criaturas emocionales). Es fácil pensar que mañana la IA tomará todo el control, decide por nosotros, nos presenta la información ya pre-masticada… Pero en un mundo con un tsunami de contenidos falsos o artificiales, apuesto que la dimensión humana y la confianza tendrán más valor que nunca. Y esto supone eventos, momentos compartidos, experiencias. Seremos el gran generador de la confianza, un valor de cada vez más relevancia.