Pon un sampler en tu evento (especialmente virtual)
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En todos los programas de televisión (y cuando digo todos es todos) hay una persona encargada de la producción audiovisual y la ambientación musical: el sampler. Según el tipo de contenido, las necesidades serán unas u otras; no es lo mismo un programa tipo night show, que un informativo, que un programa de entretenimiento. Lo que sí tienen en común es que necesitan a este profesional para que les dé vida y les aporte cierta calidez, ritmo y emoción, a través de efectos sonoros. Además, como audiencia no estamos acostumbrados al silencio. Cuando en un programa hay unos segundos de absoluto silencio pensamos que ha pasado algo o que ha habido un error. Piénsalo, durante la pandemia los campos de futbol se quedaron vacíos y en las emisiones televisivas añadían efectos sonoros como reacciones a jugadas de peligro o cánticos de aficionados, todo para generar ambiente y para transmitir las emociones a las que estamos acostumbrados cuando vemos un partido. Eso era trabajo del sampler y si extrapolamos todo esto al sector de los eventos, podemos ver un paralelismo con los eventos online y en streaming.
El poder del sonido
Como sabrás, en los eventos pueden pasar cosas inesperadas (por más que tengamos una escaleta y un guion bien definidos) como que un vídeo tarde en reproducirse, que un ponente se despiste y no salga cuando le toca… y los riesgos aumentan si se trata de eventos virtuales. Jota afirma que la figura del sampler es fundamental para estos eventos ya que uno de los hándicaps es conectar con la audiencia. “Es muy difícil hacerle sentir a alguien en su casa que es parte de algo”, comenta. Por eso es tan importante la presencia del sampler, ya que es alguien que sabe leer entre líneas, sabe ver qué está pasando en cada momento y puede utilizar sus herramientas para conseguir más calidez, dinamismo e incluso ayudar a mantener la atención del público. ¿Y qué herramientas son esas? Estamos hablando de un set de sonidos pensados para aportar: aplausos, risas, música ambiente, una frase pregrabada del CEO de la empresa, ovaciones… todo lo que se te ocurra. Jota tiene un teclado con 88 pistas de audio, “tengo varios tipos de aplausos porque no todos son iguales. No es lo mismo el aplauso para un speech que para celebrar un gol”, apunta Jota. Además, en general el sampler no tiene mucho tiempo de reacción y debe tener una capacidad de decisión hiper rápida, aparte de muy buena memoria para memorizar la ubicación de todas las pistas, “en la ruleta tenía 75 canciones diferentes, además de los aplausos y tuve que aprendérmelo de memoria”. Aun así, destaca que en un evento se suele utilizar de media unos 10 sonidos. Y todo se tiene que decidir de forma acertada: “es más importante saber donde y cuando meter los efectos, más que meter por meter”.
No todos valen
Como en cualquier otro ámbito no todo el mundo está capacitado para realizar este trabajo, por eso, contar con alguien preparado te garantiza el éxito del evento porque unas risas en el momento equivocado ¡sería un desastre! Un sampler no es alguien que simplemente le da a un botón para que suenen unos aplausos de fondo, sino una persona con una gran inteligencia emocional, que sabe leer el momento, incluso (y lo más importante) a través de una pantalla, sin poder ver las reacciones del público en directo. “Esa soltura te la da el tiempo, por eso es tan importante que el sampler tenga experiencia, sobre todo en televisión”, explica Jota. En su caso, el hecho de ser cantante de rock le obliga a leer el público y el ambiente de forma constante, y reaccionar. En el último año y medio ha estado trabajando en la Ruleta de la Suerte, al principio para suplir la falta de público y luego para reforzar el ambiente cuando había solo una parte y tiene a sus espaldas más de 500 programas. Esta experiencia e instinto permiten tomar buenas decisiones en cada momento. Además, un trabajo bien hecho no tiene que notarse más de la cuenta, debe parecer que realmente hay gente. Sé que puede parecer arriesgado, pero si vamos a hacer eventos virtuales, hagámoslo bien, como se hace en televisión; al fin y al cabo, estamos ya encaminados a ello (algunas empresas incluso se han montado un plató para sus streamings).
Otro aspecto importante es el trabajo previo al evento. La comunicación con el cliente es fundamental y se deben hacer reuniones preparativas, así como elaborar una escaleta. “La planificación es esencial”, afirma Jota, aunque también destaca que el buen sampler debe ser capaz de ir más allá de las indicaciones del cliente y aportar su experiencia en favor del resultado final. Además, también debe existir una coordinación con el equipo de sonido.
¿Sólo eventos online? Un sampler puede tener muchas aplicaciones, incluso en eventos presenciales. En ese caso, su función estará más enfocada a crear transiciones y gestionar el ritmo del evento que de crear una ambientación y aportar sensación de calidez. Un recurso a plantear en tus eventos, que supone una inversión limitada (una persona única, que puede venir con sus equipos). ¿Quizás el ritmo, la fluidez de tu evento y su capacidad de transmitir valen que prestes atención a este recurso? Especialmente en eventos online donde todos hemos vivido momentos de transición pesada, silencios incómodos… tantos momentos peligrosos cuando sabemos que el oyente está siempre a un “alt-tab” de mirar su WhatsApp…