Nos vamos a la nieve
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Travesías a pie, con ayuda de GPS, raquetas de nieve y palos. La orientación y la habilidad son las dos competencias que se ejercitan. Puede incluir la construcción de iglús y la “tala” de bloques de hielo, fomentando el trabajo en equipo y el espíritu de cooperación.
Sana competitividad
“Juegos Blancos”, en los que se llevan a cabo diferentes acciones lúdicas por equipos; competiciones o carreras de quads, motos de nieve, trineos, musching (conducir un trineo tirado por perros), skibikes (bicicletas especiales con patines para la nieve), deslizarse por la nieve con cámaras neumáticas (llamadas roscos)… La oferta es amplia y variada.
Aprendizajes nuevos
Rutas tematizadas, por ejemplo, recorrer los caminos que hacían los antiguos contrabandistas; aprender a bailar la danza del fuego y deslizarse por la pista con la única luz de las antorchas; cursos de conducción sobre hielo y nieve, etc.
Deportes en un entorno blanco
Practicar modalidades deportivas fuera de su contexto tradicional, lo que le confiere una dimensión diferente. El paisaje blanco es un marco ideal para hacer parapente, paintball, golf, futbol-voley, vislumbrar el paisaje desde un helicóptero o globo, o ir a caballo.
Esquí a la máxima potencia
Para los que les gusta el esquí, hay una gran variedad de modalidades y niveles: el esquí de fondo es ideal para deportistas, el de travesía para aquellos que les gusta el montañismo, la modalidad Telemark para los más ágiles.
Las empresas ofrecen cursos para los no iniciados y la organización de carreras y pruebas deportiva para grupos. También para practicar snowboard, snowkite (hacer surf en la nieve) y otras variantes.
Hay estaciones de esquí que pueden ser “privatizadas” y cerradas para grupos, otras ofrecen la práctica del esquí nocturno con pistas iluminadas, otras que disponen de oferta recreativa para los que no les gusta el esquí, etc. ¡Sólo tienes que informarte… y abrigarte!