Más allá de la ‘organización de eventos’
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¿Entonces, somos “organizadores de eventos”? ¿Nuestro conocimiento es la ‘organización’? ¿Es decir que somos muy buenos en coordinación, que sabemos gestionar muchos proveedores, un walkie en la mano, hacer planning de montaje y escaleta del evento, coordinar mucha gente del equipo, integrar temas de seguridad, cumplir la normativa? Todo esto es muy complicado, es arriesgado, es importante, y hay que hacerlo con alguien muy competente y formado (con una buena agencia).
Pero ¿de verdad lo esencial de nuestro valor es ‘organizar’? Tendríamos que vernos y presentarnos como creadores, como asesores, como expertos, como ‘conceptores’. Organizar es importante, complicado y arriesgado… pero concebir tiene indudablemente más valor. Entender el público y crear una experiencia que les transformará va más allá de ‘organizar’. Conocer la naturaleza humana, las formas posibles de comunicar y el impacto de cada forma, las claves de la motivación, los recursos para generar colaboración… Siempre me gusta la idea de que el organizador tiene que “cambiar el comportamiento de la gente que más importa” a la empresa. ¡Esto es un superpoder! El poder de influenciar, de cambiar gente va más allá de la capacidad de organización.
¿Por qué en comunicación se aceptan unos honorarios más altos que en eventos? La respuesta es compleja, y existen muchos factores condicionantes de este problema histórico del sector de eventos. Pero quizás uno tiene más ganas de pagar honorarios a alguien que se llama “consultor” o “asesor de comunicación” que a alguien que se vende como “organizador”.
Es cierto que ya muchas agencias se presentan de otras formas, yendo más allá del de organización de eventos pero esta formulación ha sido nuestra carta de presentación mucho tiempo y sigue siéndola en muchos casos. Tenemos que ir más allá; allí no está el valor. ¿Qué piensas?