Madrid Open o Las Ventas: los eventos multitudinarios son competencia de las CCAA

Continuamos sin normas claras y con constantes cambios

El asunto ya se torció desde el principio. Tras salir del confinamiento, nuestro sector esperaba con ansia el protocolo que el ICTE (Instituto de Calidad Turística) redactaba para MICE. No se concibió como una ley de obligado cumplimiento sino como un manual de recomendaciones. Ese documento, por muy buena que fuera su intención, terminó siendo poco específico para nuestro sector, porque no integró las ventajas de seguridad que se dan en un evento MICE (serio por naturaleza, con una agencia al mando, con asistentes en un contexto profesional, con facilidad de rastreo ulterior…) en comparación con otros contextos, sean otros tipos de encuentros o, por ejemplo, el transporte público.

Las normas de obligado cumplimiento provienen de las comunidades autónomas

Este fue precisamente el segundo límite de este protocolo del ICTE: al ser recomendaciones y no leyes, este documento tomó un papel secundario comparado con las normativas de las CCAA. Y la sociedad–especialmente las cautas empresas- necesitaba normas legales claras. Únicamente existe un documento estatal conocido como “la Guía de los Semáforos” con recomendaciones en relación al nivel epidemiológico. Estas simples recomendaciones en el aire y la falta de normas obligatorias evidentes sobre la mesa han acabado conduciendo, a día de hoy, a un caos normativo. De manera constante se renuevan los boletines oficiales de las Comunidades con nuevas normativas y en Grupo eventoplus recibimos muchas consultas a las que es difícil dar respuesta ante estos cambios semanales, falta de claridad por parte de las Comunidades, marcha adelante y marcha atrás, y confrontaciones con el Gobierno central.

Pese a tener en algunos casos la misma situación epidemiológica, vemos cómo Comunidades continúan con la organización de eventos y cómo otras no, creando una desigualdad en el nivel de actividad de eventos en nuestro país, y una falta de claridad para empresas y agencias.

Actitud de reactivación máxima es la de la Comunidad de Madrid, con claros ejemplos recientes como el Mutua Madrid Open. Incluso la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid modificó recientemente la Orden 668/2020, de 19 de junio, con el fin de permitir el acto del 2 de mayo en la plaza de Las Ventas y estableció aforo máximo de 6.000 personas, que ocuparán un asiento preasignado y permanecerán sentadas en todo momento con mascarilla.

Esta misma mañana también conocíamos que ISE cancela Amsterdam y Munich pero mantiene Londres y Barcelona, pues – en palabras de Mike Blackman, director gerente de Integrated Systems Events- “los preparativos para Barcelona y Londres están en marcha ya que los gobiernos alivian las restricciones tanto en España como en el Reino Unido y se mantienen en el objetivo de que los eventos regresen con éxito”.

Ejemplos de que, por fin, la importancia de los eventos justifica la definición de normas o el alivio de restricciones.

La lucha política no ayuda para la reactivación del sector eventos

La lucha política y la falta de consenso entre Gobierno y Comunidades, este ahora sí, ahora no, aquí sí, aquí no, genera son dudas acerca de una actividad esencial para nuestro país. Aunque está claro que la situación epidemiológica puede variar de un lugar a otro, ¿no debería buscarse un consenso político más que una lucha?

Se está trabajando ahora, desde el Gobierno, en “un documento a nivel técnico sobre limitación de aforos en los espectáculos públicos que incluye recomendaciones”, según ha afirmado la ministra también esta semana. Vemos en esta misma formulación cómo nuestro sector sigue sin existir, a pesar de iniciativas de RRPP interesantes hechas por el Foro MICE (entre otros) no existen los eventos profesionales, y tenemos que intentar interpretar lo que dice la ley para espectáculos públicos…

Una última pregunta: ¿alguien ha pensado en trabajar con los de eventos en la redacción de este tipo de documentos? Para conocer nuestras necesidades, las especificidades del sector, las características ventajosas de tratarse de actos profesionales con una agencia responsable al mando, proveedores con protocolos de seguridad definidos, asistentes comprometidos…

El sector necesita consenso y puesta sobre la mesa de normas claras tras un debate común que nos implique.