Las diferentes partes de la cadena analizan la seguridad para carpas

Los venues en primera línea. Lo hemos visto en los últimos años: los espacios, especialmente los grandes, son a menudo los que exigen que se hagan bien las cosas, pidiendo TC´s y planes de seguridad. Así, la AFE ha publicado guías de autoprotección, de planes anti incendios y gestión de riesgos. María José recordó que el organizador tiene obligación de informar a todos (por ejemplo a los expositores) de los requisitos y asegurar que la cadena cumpla estos requisitos. De hecho, en caso de problema, se puede llevar a juicio a la institución ferial si se estima que no ha sensibilizado de forma adecuada a los participantes en la feria.

El papel de la agencia. Como coordinador del evento, la agencia tiene un papel evidente de sensibilizar y de coordinar que todo el mundo vele por la normativa. Pedro recordó que hay muchos tipos de clientes, algunos de los cuales solo miran el coste, y que a menudo se hacen las cosas al revés: no «¿cuánto cuesta?», sino «tengo esto, ¿cómo lo repartimos?». No obstante, muchos clientes (cada vez más, de hecho) miran más allá, conscientes de que su responsabilidad está en juego y que un fallo se vincularía con su marca… Poco a poco mejoran los comportamientos.

Insuficientes normas. Ha sido una constante durante el foro: la insuficiente claridad de las normas, especialmente la necesidad de atenerse al Código Técnico de la Edificación, aunque no esté pensado para las instalaciones temporales. Según Carles, «a menudo nos encontramos con técnicos que desconocen el material que utilizamos, y utilizan el CTE, difícil de aplicar en arquitectura efímera». Cierta clarificación de la normativa ayudaría: «permite evitar la discusión con el cliente: hay que cumplirlo y punto», recordó. Y Pedro recordó otro problema: la multiplicidad de normas, europea, nacional, autonómica… que pueden ser poco coherentes entre ellas.

Personal. Para Antonio, la normativa a nivel de personal es correcta. Aboga por ser conscientes «de las necesidades de cada actor de la cadena, desde la zona de trabajo del catering hasta las normas sobre carpas. Mucha gente trabaja con gente no declarada (es fácil crear una web bonita…) sin preocuparse. Pero ha mejorado mucho y según destaca, los organizadores de eventos solventes suelen siempre pedir los TC y plan de gestión de riesgos laborales. Un elemento básico de profesionalidad…

Formación e inquietud. El profesional tiene que mantenerse informado sobre lo que pide la ley… pero también aprovechar el conocimiento de otros actores de la cadena. Pedro pidió inquietud y apertura a aprender de otros: «Si hablamos con un profesional del catering o de personal, tenemos que verlo como una oportunidad de aprender y de hacer las cosas mejor». No solo sensibilizar, sino también ser humildes, inquietos, y abiertos a aprender. Y las agencias necesitan formación e información de los recintos. Cada recinto es específico y nos tiene que informar bien antes del evento, no en el montaje. También de los fabricantes, que tienen que asesorar («este material no es idóneo para ti»).

Aplicar un proceso, simplemente. La mejor manera de no «olvidar» las reglas de seguridad es tener un proceso muy claro y nunca saltárselo, aunque conozcamos la gente o tengamos la impresión de haber organizado este evento mil veces. Un proceso que exija siempre la petición de papeles y planes…

¿Reunión de seguridad? Se comentó que es menos frecuente que lo que tendría que ser. Cuando avanzas como profesional te relajas. Es importante incluir alguien dedicado a la seguridad. En pre-montaje y pre-producción, se tendría que sentar con todo el equipo lo que tienen que hacer».

Responsabilidad… y denuncias. Según Carles, «los recintos y empresas que necesitan una carpa exigen todo a nivel de seguridad. Pero otro aspecto son los materiales: tenemos que tener un organismo que haga un control objetivo de materiales. Está regulado pero a menudo no se exige. ¿Quién avala los materiales? ASPEC tiene que poner las bases en este campo. Se puede conseguir que algo no idóneo a nivel de seguridad sea visado por un profesional certificado del colegio de ingenieros (aunque no es el colegio que certifica un montaje, sino un ingeniero que tiene certificación del colegio).

Y las denuncias, poco aceptadas culturalmente aquí, son necesarias. Del público, Juanjo Torres (TST), abogó por la denuncia de las malas prácticas, con dos motivos: la necesaria protección de los asistentes, pero también el hecho de que un accidente grave sería devastador para todo el sector. José Blanco recordó que ASPEC permite denunciar las incidencias de cualquiera. «No puede ser anónimo, en un proceso transparente. Se informa a medios, a la inspección del trabajo…».