La información científica que tienes que saber sobre el Covid
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En junio conocimos el último pronunciamiento por parte de la OMS sobre los eventos cuando actualizaba un documento de recomendaciones publicado en marzo. Rompiendo cualquier expectativa ya te avanzamos que se trata de un documento bastante abstracto sin reglas claras para el sector sobre la mesa.
Posteriormente, en julio, el Organismo admitía que el Covid “también puede transmitirse por el aire en lugares cerrados en los que se concentran muchas personas”. La entidad cambiaba así de criterio y contestaba a la carta abierta firmada por 239 científicos de 32 países diferentes publicada en el diario ‘The New York Times’ en la que exigían que revisara sus recomendaciones tras evidenciar que partículas diminutas del coronavirus (los aerosoles) flotan en el aire y pueden facilitar el contagio, sobre todo en lugares cerrados.
Las formas de contagio del Covid
El debate acerca de las formas exactas de contagio está hoy abierto: hay quienes defienden que el virus solo se propaga solo por las gotículas (pequeñas gotas de saliva que expulsamos al toser o al estornudar) y quienes creen que tienen más relevancia los aerosoles (gotas diminutas que expulsamos solamente con respirar o hablar). Incluso la CDC advierte también de la posibilidad de que una persona contraiga el Covid al tocar una superficie u objeto que tenga el virus y luego se lleve las manos a la boca, la nariz o los ojos. Lo cierto es que la limpieza exhaustiva y la desinfección es uno de los puntos más repetidos en las recomendaciones, y en los eventos de investigación alemanes los asistentes se han tenido que lavar las manos con un gel desinfectante fluorescente que hacía visibles sus huellas y que permitirá observar las superficies tocadas con mayor frecuencia.
En definitiva estas son todas distinciones de contagio importantes en nuestro sector. Por ejemplo, ¿no deberíamos más que nunca considerar la calidad del aire en los eventos? Sobre todo en lugares cerrados si el virus se transmite por aerosoles y permanece en el aire “desde 10 segundos a varias horas”, tal y como apuntan algunos expertos destacados como José Luis Jiménez, investigador de la Universidad de Colorado o Erin Bromage, inmunólogo de la Universidad de Massachussets. El protocolo MICE creado por el ICTE también tendría que poner en profundidad sobre la mesa otros aspectos como los sistemas de ventilación, y, sin embargo, no profundiza en este asunto. Únicamente incluye el consejo: “ventilación, al menos diariamente y con la mayor frecuencia posible de las distintas áreas, especialmente en los espacios más bajos y reducidos”. Y recomienda “considerar la posibilidad de realizar las actividades al aire libre si fuera posible”.
Un espacio cerrado se concibe claramente como más peligroso, pero más aún si los allí presentes hablan, cantan, gritan… Acciones que poco se tienen en cuenta y que los expertos ya señalan. “Si hablas, emites 10 veces más de partículas. Si gritas o cantas, 50 veces más”, admitía José Luis Jiménez. Desde el inicio de la pandemia estas acciones han estado en el punto de mira de los investigadores. Un caso grave de contagio que ya te contamos, fue el del coro de una iglesia de Washington documentado por CDC (espacio cerrado, cantando durante horas y todos contagiados). Hasta en Japón han prohibido gritar en las montañas rusas… Ante esta creencia la recomendación es no quitarse nunca la mascarilla para hablar en público, lo contrario a lo que suelen hacer los ponentes.
En resumen, existe aún mucha controversia científica, por lo que ante la organización de cualquier evento nuestra recomendación es consultar con expertos, informarse y contar con un asesoramiento preventivo de la mano de una empresa especializada.