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La gestión de riesgos en tu evento se ha vuelto mucho más compleja 

La gestión de riesgos en tu evento se ha vuelto mucho más compleja 

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Eric Mottard
¿Cuánto pesa nuestra industria?   Los organizadores se mantienen optimistas para el 2025 pero piden más flexibilidad El mercado de incentivos mira al 2025 con optimismo, sin euforia
Dentro del trabajo del organizador de eventos (ya sabes: esta bestia del multitasking, este ser con ocho brazos que sabe gestionar la estrategia, la creatividad, el presupuesto, la producción, la comunicación, los mil imprevistos…y la gestión de riesgos), el cambio climático supone dos retos potentes. Uno que comentamos a menudo: hacer eventos que no contaminen mucho, que reduzcan, reciclen, reutilicen y aporten un valor positivo. Pero llega un segundo, quizás más complejo aún: la gestión del riesgo climático en el mismo evento. Que haya lluvias torrenciales en un evento como el Burning Man, en un desierto, desafía la gestión de riesgos del organizador más cauto. Y no es para nada el único ejemplo.

No sé cómo hacen los climato-escépticos para seguir con su negación en estos momentos en los cuales los dramas climáticos están en portada casi cada día, en los cuales en un par de días Grecia pasa de los peores incendios de la historia de Europa (26 muertos) a un diluvio también histórico (14 muertos en Grecia – Turquía). Y esto es solo un ejemplo entre otras mil muestras muy reales de que algo está mal, muy mal. En todo caso el cambio es real, y es visible ahora. Y sabemos que solo iremos a peor.  

¿Qué impacto tiene todo esto en el trabajo del organizador? Los posibles riesgos son varios, y son muy reales y francamente, un nivel añadido de riesgo puede cogernos desprevenidos. Es un tema que sin duda seguiremos analizando, pero ya te repasamos una lista que ya te acerca un poco a Halloween… 

  • El viento, gran enemigo de las estructuras temporales, es un riesgo considerable. Lo analizamos cuando el año pasado en la Comunidad Valenciana, sufrieron borrascas considerables, resultando en la caída de estructuras en el festival Medusa y la evacuación del festival Rototom, por ejemplo. Por cierto, mira este artículo inspirado en estos eventos, sobre cómo gestionar el riesgo meteorológico en eventos, desde medición muy local del viento (es decir, in situ) hasta el hecho de implicar a proveedores y tener soluciones de comunicación a todo el público.  
     
  • La lluvia (o el diluvio, como vemos estos días) te estropea el eventoEl Burning Man de este año ha sido un desastre como publicamos, con incluso un muerto y miles de personas encerradas (¿cómo salir de un desierto si los vehículos no pueden circular?). Diluvia en un evento en el desierto… así que, si alguien piensa que su evento está a salvo, cuidado. Y sabemos algo de esto: organizamos una gala de premios hace años en la cual diluvió, cuando la previsión de lluvia según Accuweather era del 0% (no: esto no nos exculpa para nada, nuestra responsabilidad era que la gente pudiera disfrutar sin convertirse en Gene Kelly; ya me he resuelto a vivir con esta culpa forever… Solo es un recordatorio de que no te fíes de nada) 
     
  • … o complica los desplazamientos. Los cierres de AVE desde Madrid y en Tarragona en este inicio de semana son un recordatorio de que incluso el famosamente fiable modo de transporte que es el tren se para si así lo deciden los elementos. En el Reino Unido el calor regularmente para los trenes, por el calentamiento de las vías (las nuestras habrán sido concebidas teniendo en cuenta el clima local…). En todo caso, la puntualidad de un vuelo o de un tren no está garantizada.  

  • La canícula convierte los meses cálidos en momentos de supervivencia y complica el outdoor. Este teambuilding que tenías previsto en junio o este cóctel al aire libre en septiembre podría ser problemático. Piensa que hemos tenido un verano en el cual incluso la noche era insoportablemente cálida.  

  • Los incendios, la eterna problemática del verano, también amenazan a los eventos: Hablamos de los incendios en Grecia, pero no hace falta salir del país para ser conscientes del tremendo impacto que el fuego en bosques y zonas naturales supone. Las altísimas temperaturas, la vegetación seca y, en muchos casos, el factor humano son la combinación perfecta para que cada verano veamos incendios cada vez más grandes, que incluso llegan a suponer una amenaza para nuestro sector. El ejemplo más reciente lo encontramos en el Phe Festival del Puerto de la Cruz, en Tenerife. La peligrosidad de los incendios cercanos a la ciudad, además de obligar a suprimir de su programación varias actividades en el exterior y cancelar el concierto de Arde Bogotá, supusieron que el Gobierno declarase como Zona Catastrófica el lugar.

Esto se suma a otros retos, especialmente los retos de movilidad en grandes eventos (especialmente festivales). La creatividad es maravillosa, pero la logística es algo complicado y arriesgado, y las instituciones se vuelven mucho más cuidadosas con el tema de la seguridad. Resultado: ¿un pequeño máster de gestión de riesgos, necesaria para el organizador de eventos, mañana?.

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