La felicidad, ese gran aliado de los negocios

¿A quién no le gusta trabajar con un jefe feliz o un jefe que te haga feliz? Joaquín empezó con esta pregunta de respuesta evidente, pero que nos recuerda una cosa: más allá del salario u otras condiciones, la alegría cotidiana, el reconocimiento, el ambiente positivo son elementos importantes del bienestar de cualquier persona en la empresa. Y los resultados siguen… Joaquín recordó que las personas felices en el trabajo tienen una precisión un 19% mayor que la media, una productividad de un 31% superior, ventas superiores en un 37% y una creatividad triplicada. Cuidado: “correlación no es causalidad”, es decir que quizás las personas intrínsecamente felices trabajan mejor, no como consecuencia de tener un entorno de trabajo que fomenta esta felicidad. O quizás los empleados que rinden más se encuentran luego más felices por el reconocimiento que lógicamente consiguen… Pero podemos asumir que una empresa que hace felices a sus empleados tiene empleados más comprometidos, colaborativos y productivos. En fin, con una sonrisa, vemos las claves de la felicidad en el trabajo, de forma muy simplificada: 

Clave 1: predica con el ejemplo. Cualquier manager se tiene que gestionar a sí mismo, gestionar su felicidad, su humor, su dedicación, su disciplina. El equipo replica lo que ve en otras personas de la empresa (son los famoso neuronas espejo) y uno tiene que asegurar que su comportamiento sea ejemplar. La incoherencia lo fastidiaría todo y por eso el primer paso es predicar con el ejemplo. 

Clave 2: encuentra tu propósito. Uno tiene que tener un motivo para levantarse por la mañana e ir a trabajar. Pueden ser de varios tipos. El salarial es evidente. El segundo es la evolución, la progresión, el hecho de ir aprendiendo y creciendo (¿tu empresa lo fomenta?). En esto los planes de carrera, la promoción interna y las oportunidades de aprender son importantes. El tercero, y más potente de todos, es el propósito, el hecho de que el trabajo de alguien no es una mera transacción sino una labor que aporta valor a la comunidad, que permita mejorar la vida de la gente. Cada empresa tendría que tener su propósito (no meramente económico…). 

Clave 3: genera bienestar. La preocupación por el bienestar del equipo es importante para motivarle. Aquí Joaquín dio con la pregunta ‘mágica’ que un manager puede hacer a sus colaboradores: “¿qué puedo hacer por ti?” o incluso “¿qué puedo hacer para hacerte feliz?”. Pregunta que pocas veces se hace en empresas donde el jefe dice a la gente qué tienen que hacer, y punto. La felicidad de los empleados tiene que ser una responsabilidad del manager. Y obviamente, temas de conciliación, flexibilidad y adaptación a la situación de cada uno son positivos en este sentido. 

Clave 4: desarrolla a tu equipo. Hazles crecer, hazles aprender. Los managers declaran en una encuesta, que expuso Joaquín, que el gran motivador es el dinero, cuando la realidad es otra: según él, tener un manager que les entienda y apoye, y tener un trabajo que tiene sentido son las dos grandes claves. Dar autonomía, evitar el micro-management, aceptar los errores (¡¡gran fuente de aprendizaje!!) son formas de fomentar este desarrollo. 

Clave 5: agradece y reconoce el esfuerzo del equipo. La mejor manera de motivar y estimular no cuesta dinero ni esfuerzo: felicidad, agradecer, comunicar los logros de los miembros del equipo son grandes factores de felicidad, de motivación y de rendimiento. 

Fue un recordatorio muy sano de esta noción que históricamente ha estado ausente de las formas de gestionar empresas y equipos. Sin entrar demasiado en la vida personal de la gente (la “felicidad global” de alguien es un asunto muy personal), preocuparse por que la gente esté en un entorno positivo, que les permite aprender, crecer, ser reconocida y compaginar su vida personal con la profesional, es importante. Y todos estaremos mejor…