Juan Antonio Cantelar de la Vega, manager de compras de marketing de Orange Espagne
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Lo barato no es malo por el hecho de ser barato. El problema en este caso no es que el producto sea barato, sino que puede ser inapropiado para las necesidades del comprador. Algo que este posiblemente sepa y a pesar de eso lo compre por «ahorrarse unas monedas».
Pero es importante distinguir lo que es «comprar mal» de lo que es «comprar barato». Si para un evento se contrata personal no cua lificado para su ejecución con el objetivo de «ahorrar» unos euros, las consecuencias pueden ser nefastas en cuanto al resultado. No podemos decir que se ha comprado barato, sino que no se ha comprado lo necesario para del evento. Se ha comprado mal.
El objetivo de todo comprador es adquirir lo mejor al mejor precio, y esto no debe afectar la calidad del producto. La compra es un ejercicio de responsabilidad. Uno compra lo que puede con arreglo a su presupuesto, siendo fundamental controlar la calidad y evitar que lo comprado barato tenga carencias o defectos que lo puedan convertir en caro a la larga, pero lo «malo» es lo que realmente siempre sale caro. Nuestra tarea es saber distinguirlo.