Hablamos con Ferrer sobre la sostenibilidad en sus eventos
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¿Cómo describirías vuestra estrategia en términos de sostenibilidad?
Ferrer es una compañía farmacéutica con un creciente enfoque en las enfermedades pulmonares vasculares e intersticiales y en los trastornos neurológicos, presente en más de 100 países y con un equipo de más de 1.800 personas.
Este es nuestro negocio, pero nuestro propósito es generar un impacto positivo en la sociedad. Queremos impulsar una nueva forma de hacer negocios y de estar en el mundo. Para nosotros, el negocio farmacéutico no es un fin en sí mismo, sino un medio para generar cambios sociales sustanciales. Trabajamos para alcanzar un mínimo nivel de rentabilidad económica que garantice la sostenibilidad de la empresa y así reinvertir una parte significativa de nuestros beneficios en iniciativas de impacto social y medioambiental, y en nuestras personas. En 2021, destinamos más del 60% de nuestros beneficios netos a diferentes proyectos orientados a fomentar la igualdad de oportunidades de personas en situación de vulnerabilidad, así como iniciativas dirigidas a la protección del planeta.
Nuestro propósito forma parte de nuestra manera de ser y de estar en el mundo y lo trasladamos a cada una de las decisiones que tomamos en nuestro día a día, incluyendo aquellas relacionadas con el business travel y los eventos.
¿Concretamente, cómo se aplica en eventos?
La organización de cualquier evento genera un impacto, y por ello, tenemos en cuenta la inclusión de criterios de sostenibilidad. No todos los eventos son iguales, en función de su tipología, tamaño y ubicación, podemos aplicar más o menos criterios. No es lo mismo una reunión interna, organizada en un país europeo, que una reunión organizada en otras regiones del mundo con distintos niveles de madurez en temas de sostenibilidad. La premisa es que siempre se tienen que incluir la mayor cantidad de criterios de sostenibilidad posibles.
Los eventos con personas externas (principalmente con profesionales sanitarios) son un buen momento para explicar nuestra estrategia y tratar de influir y contagiar al resto.
¿Qué exigencias tenéis con vuestros proveedores?
Exigimos que las sedes, siempre que sea posible, cuenten con políticas medioambientales, que contemplen el uso de energías renovables, que tengan sistemas de gestión de residuos, que sirvan comida local, ecológica y sin envases desechables o de plástico, etc. Implementamos estos mismos requerimientos en los restaurantes, los traslados… Por ejemplo, buscamos hoteles bien conectados en transporte público a la sede, compramos para los invitados las tarjetas de transporte y les explicamos por qué. En transfers, nos preocupamos de que, si no hay vehículos eléctricos, cuenten con ISOs de bajas emisiones…
En eventos internos, tenemos más margen. Estamos todos muy concienciados, por lo que muchas veces, cuando nos piden una actividad, vamos de la mano con el equipo de sostenibilidad en cuanto a realizar acciones que tengan un impacto medioambiental, social…
¿Comunicáis a los asistentes el trabajo que existe en torno a la sostenibilidad?
Sí. No se trata de comunicar lo sostenibles que somos, sino que informamos a través de diferentes gestos: invitamos a no imprimir la tarjeta de embarque y utilizar el móvil; en el menú indicamos que la comida es de temporada y de km0; explicamos que las camisetas que compramos son de algodón orgánico y que no se utilizan pinturas agresivas con el medio ambiente… Son pequeñas y constantes comunicaciones.
¿Cómo gestionáis las emisiones de CO2 en vuestros eventos?
Uno de nuestros KPIs es el de la medición del CO2: el de los desplazamientos y el de las sedes (si nos lo dan, no todas están preparadas para dártela). Por suerte, están apareciendo proveedores que ofrecen herramientas para calcular el CO2 de eventos y estamos pensando cómo introducirlo. Hoy nuestro cálculo no incluye el 100% de lo que realmente estamos generando en un evento, así que queremos avanzar en esto.
¿Compensáis las emisiones de los eventos?
Compensamos todo lo que se genera a nivel corporativo. Lo que calculamos a nivel de eventos y business travel se comparte con el equipo de sostenibilidad y se agrega a los datos de compañía. Posteriormente, se compensa a nivel global.
¿Tenéis prohibiciones en los eventos?
Sí, los plásticos de un único uso están prohibidos. Si hablamos de plásticos a los que se les dan más de un uso, no tenemos problema en utilizarlos. Las botellas de plástico de agua están prohibidas: utilizamos jarras o, en los sitios donde se recomienda agua embotellada, botellas de cristal.
En cuanto a la dimensión social, ¿qué actividades realizáis?
Alguna vez hemos solicitado incorporar por ejemplo un catering o una empresa de azafatas que incluyan a personas en riesgo de exclusión social o en situación de vulnerabilidad, pero este es un aspecto en el que tenemos intención de profundizar.
¿Qué te cuesta encontrar de los proveedores y las agencias en este mercado?
Falta el poder calcular el impacto que genera nuestro evento. A nivel de soluciones prácticas, de logística, está bastante solventado. Pero, si pensamos en toda la gente a la que estamos moviendo para ir a un evento y el impacto que genera, nos falta conocer lo que hemos generado, para compensar este impacto.
¿Cuáles son las reacciones de vuestros stakeholders, asistentes y empleados, sobre esta implementación de la sostenibilidad?
A nivel interno es muy fácil: vivimos cada día la sostenibilidad, por lo que, cuando tenemos eventos internos, ya lo tenemos incorporado. Con personas externas, cuando empezamos había gente que lo vio como un wow y gente que era muy reacia. Ferrer se ha preocupado en los últimos años de explicar lo que estamos haciendo y ahora los stakeholders nos acompañan. Hemos avanzado muchísimo.
¿Veis una amenaza en casos donde los asistentes pongan por delante la sostenibilidad antes que a los eventos?
En ningún caso. Nos encantaría que los asistentes pusieran por delante la sostenibilidad. Cuando organizamos eventos, damos especial importancia a la ubicación para evitar escalas o para que todo el mundo tenga como única opción desplazarse en avión, y para que se diseñen con criterios de sostenibilidad desde el inicio. El destino y el tipo de evento forman parte de la estrategia, así que no podemos elegir cualquier ubicación ni cualquier proveedor. Tenemos que buscar ese punto medio para ser al máximo fieles a nuestro propósito de generar un impacto positivo en la sociedad.