Gijón: Ciudad de tierra

Una de las cosas que más me gustó de mi viaje a Gijón/Xixón es comprobar la facilidad que hay a la hora de alejarse del ritmo de la ciudad para reconectar con la naturaleza. A pocos minutos del centro, los edificios altos y el asfalto dejan paso a los verdes prados -un verde intenso y lleno de vida- y si te fijas, irás viendo las típicas edificaciones asturianas llamadas hórreos. Se trata de construcciones destinadas a guardar y conservar los alimentos de la humedad y de los animales para mantenerlos en un buen estado de conservación. A día de hoy quedan muchas y aunque algunos están abandonados, otros siguen en funcionamiento y se siguen utilizando para tareas y usos que siguen teniendo relación con el campo.

Gijón Rural

Pero volvamos al tema, en menos de 20 minutos te plantarás en el Gijón Rural donde están algunos de los llagares más destacados de la zona como Casa Trabanco o Llagar Castiello, que como te comentaba en otro artículo son espacios ideales para (además de tomar una buena sidra), realizar eventos en los que el networking es el objetivo principal. Sin embargo, hoy quiero hablarte del Real Club de Golf Castiello, que además de ser un campo de golf como su nombre indica es una localización preciosa que sin duda deberías tener en cuenta para tus eventos. Está ubicado en una antigua casería asturiana, remodelada en los años 70 para dotarla de una nueva cafetería, nuevas cocinas y ampliar el restaurante. El comedor donde yo tuve el privilegio de comer es una sala acristalada con vistas al exterior y una decoración exquisita, con el equilibrio perfecto entre modernidad y respeto por el entorno. Además, allí me comí mi primer cachopo (un must si vas a Asturias), que acompañamos con otras delicias como cebollas rellenas de bonito, todo un manjar.

Palacio de Congresos y Recinto Ferial

Sin embargo, si tu estancia es corta y/o no tienes la oportunidad de ir a las afueras de la ciudad, no te preocupes porque Gijón/Xixón tiene más de 3 millones de metros cuadrados de parques y zonas verdes urbanas. Entre ellos destaca el parque de Los Pericones, con 332.591 m², que es el más grande de los ocho que hay en la ciudad, pero quiero centrarme en el parque de Isabel la Católica porque además de estar considerado como un Bien de Interés Cultural es el más tradicional de los parques gijoneses. Además, está ubicado en una zona estratégica, a escasos metros del mar y del Recinto Ferial donde está el Palacio de Congresos.

Además de disponer de múltiples servicios para hacer que tus eventos salgan a la perfección (salones de actos, salas de reuniones, servicios de información, traducción y atención a visitantes extranjeros, etc.), lo más interesante de este recinto es su tamaño. Tendrás a tu disposición casi 160.000 m² con todas las facilidades y comodidades para realizar cualquier tipo de evento y lo digo literalmente porque el espacio permite hacer desde congresos y ferias, hasta macro conciertos.

Otra de las comodidades del recinto, es que está al lado del Museo del Pueblo de Asturias, un espacio que recopila una parte de la historia del pueblo asturiano, siendo cabecera de la red de museos etnográficos de Asturias. A lo largo del extenso terreno irás descubriendo algunos de los edificios más emblemáticos como las casonas, el llagar, los hórreos (que comentábamos antes) y las paneras. La particularidad de este museo es que también se creó con la idea que se celebrarán eventos allí. Por ello dispone de un amplio programa anual de actividades (sobre todo relacionadas con eventos festivos y culturales) y varios espacios donde acoger a grupos. Uno de los rincones que más llamaron mi atención fue el Tendayu, un espacio cubierto con un con capacidad para 500 personas, el sitio ideal para celebrar un evento y qué mejor que contar con la colaboración de la ciudadanía a través de entidades y asociaciones gijonesas y asturianas.

Jardín Botánico

Los parques son un soplo de aire fresco dentro de la ciudad, pero sin duda, el pulmón verde de Gijón/Xixón es su Jardín Botánico. Se trata del primer jardín botánico de la España Atlántica y aunque su nombre lo indique, no es un botánico al uso; se creó con el fin de estudiar, conservar y dar a conocer la flora y la vegetación de las dos orillas del Atlántico (la europea y la americana).

Actualmente tiene 190.00 m2 visitables (de los cuales solo pude ver una pequeña parte), sin duda tendré que volver para poder perderme tranquilamente por sus diferentes paisajes y sus jardines históricos del siglo XIX. No tuve la oportunidad de llegar al laberinto, pero sí que pude pasear por uno de los dos bosques naturales que hay, con grandes árboles centenarios. Una de las cosas que más me llamó la atención fue que algunas zonas del jardín son completamente salvajes, es decir, que dejan que crezcan a su antojo (solo se hacen labores de mantenimiento) como si se tratara de un espacio 100% natural.

Lo que pude ver me encantó y realmente te olvidas que estás a escasos metros de una gran ciudad y según vas avanzando te imaginas las opciones que hay a la hora de organizar un evento allí. Desde algo más reducido, hasta grandes eventos en medio del bosque. Y ¿sabes lo que se ve desde el jardín? La torre de La Laboral otro lugar maravilloso que no te puedes perder si vas a Gijón, pero de ella ya te hablaré en otra ocasión.