Eventos virtuales: poco dinero, poco engagement… ¿pero un futuro brillante?

Esta bienvenida encuesta de EventMB llega a las siguientes conclusiones:

Sustitución limitada de eventos físicos hasta ahora. Solo el 32% de los organizadores pasaron sus eventos a virtual, mientras que el 68% pospuso o canceló. Los autores del estudio suponen que “entre del 30% al 60% de la industria planteará un evento virtual en los próximos meses”, de forma discutible (no porque no lo han hecho todavía, esto hace que lo plantearán ahora…) pero es cierto que factores como la mejora de las plataformas y las experiencias de otros eventos podrán estimular a plantear este tipo de formato. Los autores ven como futuro el hecho de “crear experiencias online más estructuradas como complemento a una estrategia de eventos más pequeños y locales”.

Lo siento, no hay pasta… Cuando se les preguntó qué porcentaje de sus ingresos esperan recuperar al pasar a eventos virtuales, solo el 4% espera recuperar más del 75%. La mayor parte de los organizadores (71%) espera recuperar menos del 25%. Esto hace que los eventos virtuales no sean un candidato creíble para salvar el ecosistema de la industria de eventos (pero, nunca tomes esto como una protección contra la ley sagrada de Darwin: nadie está aquí para salvarte, solo la relevancia lo hará).

El engagement como el mayor reto. Para el 31,3%, el engagement, la participación activa, es el reto clave de este formato, seguido de la falta de tecnología (21,1%). No hay duda de que la tecnología seguirá mejorando… pero el tema del engagement queda por ver. Todos hemos visto durante estos meses lo difícil que es involucrar efectivamente a las personas cuando están en su casa, frente al ordenador, máquina que puede llevarlos a cualquier lugar, en cualquier momento y, por lo tanto, un formidable competidor por su sagrada atención. Los siguientes retos son la dificultad para conseguir patrocinio (13,6%) y conseguir asistencia (13,1%).

Los beneficios: alcance y coste. El primer beneficio de los eventos virtuales es, como era de esperar, el menor coste (para el 28% de los organizadores), seguido de un posible mayor alcance (27%). Sigue (lejos) la posibilidad de generar nuevas fuentes de ingresos. Un elemento que no se cita aquí, pero que probablemente podría tener mucha relevancia, es la posibilidad de obtener información detallada e inteligencia sobre los participantes. Estamos en la era de los datos, recuerdas…

La dificultad de generar engagement con las plataformas actuales. Si hablamos ahora de plataformas, la mayor frustración (con diferencia) de los profesionales que utilizan la tecnología de eventos virtuales es la incapacidad de las plataformas para igualar el engagement del evento en vivo (para el 49,5% de los organizadores). Algo de chat en vivo y encuestas online durante la sesión no son suficientes para involucrar a la gente, la tecnología tendrá que evolucionar. Le sigue la incertidumbre sobre los beneficios a largo plazo de invertir en ellos (23,9%) y el hecho de que gran parte de ellos no han sido probados (22,5%).

Aquí para quedarse. A pesar de estos desafíos, estos eventos online seguirán. El 62,2% de los profesionales espera “seguir empleando una estrategia digital para mantener su audiencia virtual (es decir, hacer que sus eventos sean híbridos) una vez que regresen a los eventos físicos”.

Puedes acceder a este estudio y un benchmark de soluciones tecnológicas aquí.