Eurovision drama: ¿Una producción excesivamente ambiciosa puede cargarse el evento?
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Conocido como The Sun Within (El sol interior) y diseñado por la artista multimedia y escenógrafa Francesca Montinaro, fue presentado como “un nuevo y ambicioso concepto de escenario basado en los movimientos y la luz de un sol cinético”, que ocuparía la parte central del gran escenario y que se movería durante las actuaciones, “permitiendo que cada actuación se presente de una manera única y espectacular”.
La gracia de este ‘sol’ central era que se había diseñado para moverse durante las actuaciones mostrando una cara A compuesta por paneles leds que permitían a cada país crear sus propias proyecciones visuales, una cara B con focos para jugar con la iluminación, y una tercera posición C con los arcos abiertos que permitía una mayor visibilidad del panel ubicado en la parte trasera del escenario en el que se mostrarían las visuales específicamente creadas por cada delegación. El caso es que el sol se ha quedado estancado en la posición B, es decir, en la cara de los focos, mientras la cara A, la de los paneles led ha quedado de espaldas al público, lo que sin duda es un jarro de agua fría para las expectativas escénicas de los cantantes.
Sin noticias hasta ahora de la Unión Europea de Radiodifusión ni la RAI, las únicas declaraciones ha sido a cargo del productor ejecutivo Claudio Fasulo: “El sol cinético era un punto central de nuestra escenografía (…) y hemos decidido que esté quieto. Aunque el resultado será absolutamente excepcional”. La única información que se tiene es el caos que impera en las delegaciones. “Durante las pruebas técnicas en Turín, el equipo de producción experimentó desafíos con la gran cantidad de tiempo que lleva ajustar el ‘sol’ en diferentes posiciones en el tiempo entre las actuaciones. Por lo tanto, junto con la RAI, se ha decidido que el sol permanecerá en la misma posición durante las 40 canciones, para garantizar una competencia justa para todos los países participantes”, reza el comunicado que ha trasladado la Unión Europea de Radiodifusión a las delegaciones, en concreto a la de Dinamarca.
No queda claro, por tanto, si realmente hubo un fallo técnico en el diseño o la ejecución del sol cinético, o un exceso de confianza en las previsiones sobre la capacidad de cambiar de posición (ver vídeo) o si realmente es una dura forma de aprender la importancia de tener –siempre- un plan B.