Estimado Presidente del Gobierno, somos muy importantes
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En estos días estará expuesto a peticiones, quejas, argumentaciones de muchos sectores de actividad destacando hasta qué punto están afectados y merecen apoyo. Pero probablemente en su mesa no esté un informe sobre un sector importante de nuestra economía, nuestra cultura, nuestra sociedad: el sector de eventos. No, no de “saraos” y fiestas: el sector del evento profesional, este formato con el cual empresas y organizaciones comunican, forman, motivan, intercambian, exponen problemas, crean nuevas ideas, toman decisiones, cambian comportamientos, originan proyectos. Así que le envío un resumen de lo que somos. Es un mensaje personal, pero que, según he podido comprobar, comparten todas las asociaciones profesionales de este gremio. Como ciudadano y como profesional que vive en este sector, quería colocar una primera piedra.
Pesamos mucho. Un asunto pendiente de nuestra industria joven es cuantificar su peso económico exacto. Sin cifras completas sobre España, tomemos referencias internacionales y apliquemos una regla de tres del PIB para sacar un orden de magnitud de cuánto pesa aquí. Si tomamos la referencia francesa (un mercado estimado por EY en 32.000 millones de euros) y la adaptamos al tamaño de nuestra economía, llegamos a que el sector de eventos corporativos pesa más de 16.000 millones de euros. Y creo que esta regla de tres infravalora nuestro sector: somos un país de eventos, un gran destino de eventos internacionales como veremos a continuación, un país con cultura de eventos. De hecho, aplicando el mismo tipo de estudios, llegamos a más de 20.000 millones (tomando como base un estudio de Oxford Economics sobre EEUU). Podemos completar estos datos, pero no quiero aburrirle. Solo decirle que, sin duda, “pesamos mucho».
Creamos mucho empleo. Un evento supone camareros, chef y maitres, azafat@s, técnicos, personal de carga y descarga, responsables de seguridad, fotógrafos, conductores, transportes, personal de espacios y hoteles, decoradores… y para coordinar, los profesionales de las agencias (creativos, guionistas, cuentas, productores, diseñadores…). Mucha gente que parece casi invisible en eventos pero que trabajan gracias a esta actividad. Aquí, un estudio reciente de EY en Francia estima que el 1% de la población (equivalente a tiempo completo) viven de los eventos. En España esto supondría unos 230.000 empleos a tiempo completo. Y según Oxford Economics, 2,5 millones de estadounidenses trabajan en eventos, una cifra que supondría a escala española, 359.000 empleos. Vemos que estamos en un orden de magnitud, que los datos son muy complejos de acotar exactamente, pero también que suponemos cientos de miles de empleos.
Somos un referente internacional. España tiene excelencia en este mercado. Somos el tercer destino mundial de congresos internacionales según la asociación ICCA (el ranking de referencia a nivel mundial), después de EEUU y Alemania, países mucho más grandes. Y no hablamos de sol, playa y tapas, de una versión meramente turística del evento. La Sociedad Europea de Cardiología no viene a hacer su congreso de 35.000 cardiólogos porque tenemos sol, tampoco lo hace ESMO con sus casi 20.000 congresistas o a nivel empresarial, HP o Cisco con también cerca de 20.000 asistentes. Vienen porque tenemos fantásticos recintos, agencias creativas, audiovisuales impactantes, caterings de altísima calidad, etc. De hecho, pudimos entrevistar a las responsables de los congresos pre-citados (cardiología y oncología) y destacan la altísima calidad profesional de las empresas españolas. El hecho de que estos congresos se hagan aquí (Mobile World Congress, ESMO, ISE, ERA, etc.) indica un verdadero talento, que tenemos que cuidar y que no solo se aplica en estos grandes eventos sino en un sinfín de eventos: lanzamientos mundiales de coches, viajes de incentivo, conferencias de grandes empresas de tecnología, convenciones de venta de nuestros vecinos, etc.
Aportamos una proyección muy rentable a España. Nos visitan y vienen para celebrar eventos millones de personas que así conocen España y que a menudo volverán con su familia. Los eventos son una herramienta de promoción de nuestro destino… que aporta dinero. Mucho dinero: un asistente a eventos que viene a España gasta de media casi 1.000 euros, según el Spain Convention Bureau. Además, para un país muy turístico, los eventos son la herramienta de desestacionalización perfecta (los eventos no se hacen en verano ni en fines de semana). Una industria que tendríamos que ver como absolutamente estratégica.
Una función económica y social vital, más allá de su impacto directo. Es importante crear empleo y riqueza, pero el valor del evento va mucho más allá, para la competitividad de nuestra economía y calidad de nuestra sociedad.
- La formación continua se hace en eventos. La formación continua médica se hace sobre todo en congresos, pero también la formación interna de las empresas. Sabemos que todo está online y teóricamente se podría consultar desde el despacho. Pero el ser humano no aprende con un vídeo: aprende mucho mejor si un profesor está allí, si puede compartir ideas, debatir y ‘digerir’ el contenido con otras personas. Las ideas de uno enriquecen al otro. Si queremos tener profesionales bien formados, tener buenos eventos es vital. ¿Estamos en la economía del conocimiento, no? La industria del evento juega un papel esencial en nuestra formación.
- “Ayudamos a salvar vidas”. Parece radical, pero es así: los congresos médicos, hoy encuentros de un rigor formativo absoluto, siguen creciendo en una época en la cual “todo está online”. Acceder a avances médicos, comentarlos con otros profesionales, vivir sesiones de trabajo con otros médicos, son aportaciones vitales para mantener un buen sistema de salud. Los congresos son también un sitio de definición de nuevos proyectos de investigación fundamental.
- Los eventos son la comunicación real que necesita nuestra sociedad hoy. En un mundo muy digital que facilita muchas comunicaciones, pero también provoca rumores, comunicación sensacionalista, enfrentamientos; en la era de las fake news, necesitamos una comunicación auténtica, directa, entre personas. Con tiempo, con diálogo, con empatía. Y esto se hace en eventos. Cuanto más digital es nuestro mundo, más necesitamos que sea de contacto directo también. “Cuanto más ‘high tech’ tenemos, más ‘high touch’ necesitamos”.
- Alineamos, motivamos organizaciones, les hacemos trabajar mejor. Como un mitin político es una herramienta de movilización de sus seguidores, un evento interno de empresa es un momento en la cual la empresa para y plantea problemas, busca soluciones y mejoras posibles. Algo esencial para tener organizaciones más competitivas.
- Somos un dinamizador cultural y económico único. Los eventos difunden tendencias, creaciones e innovación. Dan una vitrina ideal a ideas y a proyectos. Una feria de arte, un espacio efímero de decoración, una conferencia de tecnología, un hackaton de desarrolladores, son solo ejemplos de eventos que estimulan la creatividad, la innovación, las sinergias, el crecimiento de las empresas, la formación de alianzas y de proyectos nuevos.
- Somos responsables, y podemos jugar un papel clave para hacer un mundo mejor. ¿Qué habría sido de la concienciación que ha aportado Greta Thunberg si no hubiera hablado en eventos? Probablemente casi nada. Los eventos, en una sociedad en constante cambio, son grandes herramientas de concienciación. También es una de las industrias que innovan para ser más responsables: o bien con actividades responsables (actividades de reforestación, integración de personas con discapacidad o en riesgo de exclusión en el staff del evento) o bien con innovaciones (nuevas soluciones de iluminación, stands más modulares y reutilizables, vehículos más sostenibles).
He llegado a esta industria hace 20 años, y me sigue fascinando su poder, su importancia, su relevancia y su capacidad de mejorar el mundo. Y sigo sorprendido de que sigamos siendo tan poco reconocidos cuando somos tantos y generamos tanta actividad. Supongo que lo hemos hecho mal. Pero ya tenemos la información necesaria para saber que los eventos son muy, muy importantes.
- Finalmente, y muy importante: somos EL sector más castigado. Todos los sectores están más o menos parados hoy. Pero en esta crisis, un sector sale mucho peor parado que cualquier otro: el nuestro. De hecho, la crisis llegó a Europa vía la cancelación de un evento. La primera vez que nos dijimos “esto podría afectarnos” fue cuando salió el titular de la cancelación del Mobile World Congress y sus 500 millones de euros esfumados. Más allá de este símbolo, esta cancelación indicaba que los eventos estarían en el ojo del huracán.
Muchos sectores han sido afectados por la ruptura de la cadena de suministros. Un golpe para la actividad, pero generalmente un golpe parcial, a veces con alternativas. Los eventos profesionales son un mercado binario: se hacen o no se hacen. Ninguna empresa ha “reducido un poco” sus eventos: los ha cancelado cuando ha visto riesgo. Y si bien hoy todo el mundo está parado, era evocadora la situación hace unas 3 semanas. Se mantenía la actividad en muchos sectores pero la actividad de eventos profesionales ya estaba en caída libre. En unos 10 días, simplemente desapareció totalmente nuestro sector. Los eventos profesionales, los organiza una institución o empresa que se juega su imagen, su responsabilidad social. Cuando ve un riesgo, cancela sin hacerse muchas preguntas.
De la misma manera que hemos entrado los primeros, saldremos los últimos de esta crisis: un día se estimará que ya podemos hacer vida normal. Este día los comercios abrirán, las fábricas podrán volver a empezar a producir. ¿En eventos? Por la carga de responsabilidad y de imagen, las empresas esperarán un poco más, hasta estar segurísimas de que no hay riesgo. Y este día las empresas decidirán organizar eventos… meses después (por el tiempo de organización y convocatoria). Esto justifica el parón temprano, absoluto y duradero que afecta nuestro sector.
Lo mío no es pedir, de hecho ni sé qué pedirle, tome esta carta como un intento humilde de sensibilización y de alerta sobre un sector que tiene que ser estratégico para España, que es el sector más tocado de la crisis actual y del cual muchísimas empresas y muchísimos empleos dependen. Necesitaremos ayuda, y actores como nuestras asociaciones profesionales serán interlocutores perfectos para definir formas de apoyo. Como persona, profesional, empresario y medio de comunicación, quería lanzar esta alarma. Muchas gracias de antemano.
Eric Mottard
Consejero delegado de Grupo eventoplus