El reto de la movilidad en eventos sostenibles: el caso Coldplay
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La movilidad es un gran reto en términos de sostenibilidad ¿llegaremos alguna vez a paliar de forma significativa el impacto de mover a tantas personas?
Es difícil pero ya se están haciendo cosas: se alcanzan acuerdos para facilitar los viajes en tren para evitar vuelos en avión, hay marcas de coches que ponen a disposición de los organizadores vehículos eléctricos para facilitar la movilidad en el destino… Y las aerolíneas avanzan en el posible uso de biocombustibles. Por ejemplo, Repsol, con el que trabajamos, trabaja en un biocombustible que se extrae de aceites de cocina reciclados que podría suponer una huella casi cero, y que esperan que suponga el 20% de su oferta en 2030. Si para un evento te traes a alguien de Japón tendrá que venir en avión. En este caso lo que nosotros hacemos es seleccionar la aerolínea menos dañina medioambientalmente.
La decisión de Coldplay de realizar los cuatro conciertos en Barcelona ¿ha sido una mala idea en este sentido?
Lo cierto es que Coldplay siempre intenta tener el menor impacto posible y trata que su movilidad sea sostenible, por ejemplo, utilizando vuelos comerciales, etc. Pero claramente tiene menos impacto medioambiental mover a la banda y a todo su equipo técnico, aunque sean 100 personas, a que se desplacen miles de personas a Barcelona y se alojen en la ciudad. La itinerancia es mucho más eficiente en eventos con este gran poder de convocatoria, porque además estás promoviendo el desarrollo local.
Por eso es importante calcular de forma rigurosa la huella de CO2 que te permite hacer simulaciones, porque llega un punto donde empieza a ser más eficiente desplazarte paradójicamente como sucede en este caso. Hay que tener en cuenta que en los grandes eventos el 90% de la huella final de CO2 no es tan solo el transporte (el desplazamiento) sino también la pernoctación. Las miles de personas que han acudido al concierto de Coldplay se han alojado, han consumido climatización, limpieza, se mueven por la ciudad, han ido a comer, etc. Si multiplicas todas estas acciones por miles es un consumo importante prácticamente equiparable al transporte en lo que se refiere a la huella de carbono, por encima del F&B, caterings, usos de materiales, producción, etc. Tiene un peso muy relevante que nunca antes se había contemplado porque es difícil cuantificarlo.