El enorme desperdicio de tus eventos
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Pues hablamos de los introvertidos, simplemente. De esta gente que no se enrolla tanto como tu director de ventas o tu comercial lleno de vida. ¿Quiénes son? Primero son muchísimos, entre un 30 y un 50% de la gente (y en el fondo, todos los somos un poco). Cuidado: según Susan Cain, autora de “Quiet”, no es gente antisocial sino gente que está más cómoda en un contexto tranquilo o en un grupo pequeño y menos estimulantes, cuando la gente extrovertida prefiere estimulación y “lío”. Y, si bien son más discretos y, por tanto, se les nota menos de lo que merecen, tienen rasgos interesantes, especialmente la capacidad de escuchar más, ser empáticos, imponer menos su punto de vista y ser menos dominantes, más capacidad de reflexión pausada, entre otros. Puedes investigar un poco más con esta charla apasionante que explica el poder de los introvertidos aquí.
Un desperdicio general
Susan Cain destaca que nuestro mundo castiga características como la timidez, la introversión, o incluso la seriedad. en esta sociedad (¡y en nuestros eventos también!). Tienes que ser el que más habla, el que más bromea, el que más exagera para captar la atención y existir dentro de un grupo… y esto provoca una pérdida de talento considerable si los introvertidos acaban callándose. Y como destaca, la gente introvertida está incitada a portarse como un extrovertido más que seguir siendo ellos mismos (y nadie da lo mejor de sí si no pueden ser ellos mismos…).
¿Entonces qué problema hay en nuestros eventos?
Seamos claros: nuestros eventos favorecen la gente extrovertida, que está cómoda en grandes grupos, hablan alto, bromean, exageran, se levantan en cuanto se lanza la música o hay que hacer una pregunta. La persona introvertida puede considerarse un poco fuera de lugar, no estar cómoda y, sobre todo, no aportará mucho. Y aquí está el desperdicio masivo de nuestra industria: más de un tercio de la población (con lo cual, de los asistentes a tus eventos), tienen características que no casan bien con el ejercicio tribal que supone tu evento. Un desperdicio imposible de medir, pero seguro que masivo. Si alguien introvertido va a tu convención, no aporta sus ideas, no se siente cómodo en el ejercicio de entusiasmo colectivo que propones, no volverá a casa más “a bordo” que antes, sino posiblemente menos. No es absurdo imaginar que, para ellos, estarían mejor, más motivados sin la convención que con ella.
¿Qué hacemos?
Tienes que mejorar varias cosas en tus eventos (y si lo piensas, en tu oficina también, porque el mismo fenómeno del que grita se ve en tu ofi también), como ya planteamos en este artículo.
-Hacer que alguien introvertido conecte con otras personas, facilitando de forma suave formatos de conexión, formas de romper el hielo (con más paciencia que con un speed networking, hablamos de gente más reflexiva).
-Ofrecer momentos por pequeños grupos, o incluso momentos de reflexión solitaria (limitados, ¡es un evento!) antes de volver a conectar.
-Asegurar que todos se puedan expresar. No harán una pregunta delante de todo el mundo, piensa en trabajos por grupos antes de un debrief, o preguntas por app.
-Limita el estímulo social, haz que la gente pueda desconectar unas horas del “lío”.
Algunas de las soluciones para que la gente se sienta menos sola en eventos las puedes ver aquí. Y, sobre todo, no olvides que mucha gente, con muchas cualidades, se pueden sentir desconectados de tu evento si no piensas específicamente esto: “¿cómo podemos hacer que todos se sientan a gusto, implicados?” y miras más allá de Marcos, el delegado comercial en Valencia, que es tan divertido y siempre saca un chiste. Piensa en esta gente que hace menos ruido, si no están a gusto, habrás desperdiciado tu evento. Y como está muy demostrado, si consigues que creen conexiones agradables, si se pueden expresar con tranquilidad, si aseguras de que nadie se sienta solo… científicamente está demostrado que puede generar hormonas buenas, de la felicidad.
Entre el 30 y el 50% de tus invitados, ¡no lo olvides!