El contenido es el rey, pero la experiencia es la reina
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Se dice que un asistente acude a un evento para hacer networking, aprender algo nuevo, ya sea sobre un producto, un tema, para desarrollar una nueva habilidad o incluso descubrir una nueva perspectiva sobre una marca. Y si hablamos de conocimiento, un buen contenido es el recipiente perfecto en el que servirlo. De ahí que el contenido haya subido al trono y se haya hecho el rey al que adorar y cuidar en todos nuestros eventos. Pero, ¿cómo se hace efectivo ese conocimiento? ¿Cómo asegurarnos que nuestro asistente lo asimila y realmente consigue ese conocimiento? Aquí es donde hace su entrada triunfal en el salón del trono su majestad la experiencia. Es ella la que enmarca el contenido y estimula el aprendizaje. Casi nada.
La experiencia que el asistente vive durante un evento es la que hace que ese conocimiento impacte en nuestro público y sea útil una vez acabado el evento. Y para que esto ocurra la experiencia debe ser memorable. No se trata de traer tu público a tu evento y contarles lo buena que es tu empresa o producto. Como dice Björn,