Cuatro destinos por descubrir para experiencias auténticas

Ávila, la ciudad amurallada

Una ciudad medieval Patrimonio de la Humanidad rodeada por una muralla de 2,5km y 87 torreones. Parte de su trazado se puede visitar en rutas nocturnas teatralizadas por sus almenas. Además de otras rutas emblemáticas como “tras las huellas de Santa Teresa”, el Ávila judío, hebreo, románico y el palaciego.

– Hacer dulces típicos con tus propias manos. La Flor de Castilla es una famosa confitería del 1860 ubicada en el casco histórico de la ciudad, y en cuyo obrador se elaboran las típicas Yemas de Santa Teresa o Yemas de Ávila. ¿Cómo se elaboran? Estos pequeños “bocados de cielo” requieren coger el punto a la masa y cuatro ingredientes: yema de huevo, agua, azúcar y piel de limón. Una experiencia gastronómica en el espacio gourmet Santa Teresa, donde aprenderéis a redondear las famosas Yemas de Santa Teresa y llevároslas a casa.

– Crear una heráldica con tu apellido. ¿Quieres tener tu propio escudo de caballero? Patrimonio Divertido os enseñará como hacerlo, pero antes accederéis a varios palacios de la ciudad en los que se os explicará el significado de los escudos de los nobles y el porqué de sus símbolos. Tras ello, realizaréis un escudo con vuestros apellidos que os llevaréis como recuerdo.

– Vivir las leyendas de Ávila, las de sus poetas y pintores y las historias de tascas, rufianes y damiselas. Visitas teatralizadas organizadas por Patrimonio Divertido, en las que se recorren los lugares donde acontecieron algunas de las leyendas más populares de la ciudad, escenificadas por actores que arrastran a los asistentes a un mundo en el que no sabrán qué es leyenda y qué realidad. En las tascas convivirán con mercaderes, bribones y mesoneras, degustando la gastronomía característica de cada establecimiento. Como en 2020 se conmemora el centenario de la muerte de los hermanos Bécquer, y tanto el poeta como su hermano el pintor “vivieron” Ávila, la recorreréis buscando los lugares que describieron y pintaron, con personajes que os trasladarán al S.XVIII, además de disfrutar del tapeo y degustar yemas.

Soria, arte y naturaleza en estado puro

La capital del Duero es una de esas joyas históricas “desconocidas” que esconde rincones llenos de poesía (inspiró a Bécquer, Machado) y parajes naturales como el Parque Natural de Sierra de Urbión y Laguna Negra o el Parque Natural del Cañón del Río Lobos.

– La búsqueda de setas. Entre los bosques y pinares se encuentra una de las mayores variedades de especies de setas y hongos de la Península Ibérica, por eso la micología es una de las actividades que se pueden hacer como experiencia lúdica, sostenible, gastronómica. En el Centro Micológico de Navaleno se organizan talleres micológicos, cursos de iniciación a la micología, cocina micológica y con plantas silvestres y rutas micológicas acompañados por un guía para no desorientarse e ir identificándolas para analizar su interés científico y gastronómico. Para degustarlas, hay dos restaurantes estrella Michelin especializados en cocinarlas, El Baluarte, en la capital, y La Lobita, en Navaleno.

– La Caza de la trufa. Así llaman los truferos a la búsqueda de este diamante negro del bosque, considerada como una de las mejores trufas en la cocina mundial. La Ruta Dorada de la Trufa es una experiencia para los sentidos en la que descubriréis cómo se “caza” la trufa, cuáles son sus variedades, y tendréis la ocasión de degustarla con un menú especial. Esta actividad la organiza Soria Vacaciones, con visitas a fincas truferas con un experto y perros truferos. Al aire libre y para grupos reducidos para vivir una experiencia exclusiva y descubrir los secretos de este preciado manjar, con un aroma y sabor que luego degustaréis en una comida campera.

– En tren por los rincones de Machado. De mayo a noviembre el tren «Campos de Castilla» recorre los escenarios vitales del poeta Antonio Machado, que frecuentó durante su estancia en Soria. Una manera de descubrir el destino que le inspiró para escribir su poemario “Campos de Castilla”, un viaje por la vida del escritor con sorpresas a bordo a cargo de actores y paradas en pintorescos pueblos, el Embalse de la Cuerda del Pozo, la sierra de los Picos de Urbión (el lugar en el que nace el Duero), y la famosa Laguna Negra, inmortalizada por Machado en su poema “La tierra de Alvargonzález”.

Ciudad Real y Cuenca, experiencias en la tierra de Don Quijote

Una de las estampas más conocidas son sus molinos de viento protagonistas en la novela de Cervantes. Ciudad Real se puede recorrer a pie, una ventaja para descubrir sus rincones en poco tiempo. Y cerca de la ciudad está el parque natural Las Tablas de Daimiel, un humedal único en Europa en el que se puede navegar en barca y ver muchas especies de aves acuáticas, que las utilizan como zona de parada o de hibernación. Se pueden hacer tres rutas: la Ruta de la Isla del Pan, un recorrido por el laberinto de agua e islas a través de pasarelas de madera; la Ruta de la Laguna Permanente hasta la entrada del Guadiana, donde hay dos observatorios para ver la fauna; y la Ruta de la Torre de Prado Ancho hacia la zona más al norte del parque donde hay cuatro observatorios y, al final, una torre de dos plantas desde la que disfrutar de una panorámica de las Tablas.

Para el manchego más internacional, Pedro Almodóvar, esta tierra ha sido escenario de muchas de sus películas, así que también descubrirás los secretos de sus rodajes (y de otras películas que se hicieron allí) además de vivir experiencias como un viaje en globo sobre el Castillo de Calatrava La Nueva. Sobrevolar la llanura manchega y ver desde las alturas este castillo. Esta es tierra de vino y aceites, y muchas actividades están relacionadas con estos dos productos. En la Finca Oliveta hay una almazara y un centro de interpretación del aceite de oliva virgen para vivir una experiencia alrededor de este oro líquido. Comenzando con una visita guiada al olivar ecológico y jardín varietal para conocer cómo funciona el sistema radicular del olivo y los secretos de la cultura, elaboración y tipos de los aceites de oliva, y terminar con una cata maridada con tapas típicas.

¿Quién no conoce el famoso queso manchego? Al lado del Parque Arqueológico de Alarcos y de Laguna de la Posadilla situada sobre un cráter de explosión hidromagmática, está la Finca Fuentillezjos, donde producen queso manchego ecológico. Allí podéis pasar el día con las ovejas, ver cómo se elaboran los quesos al estilo artesanal y, probarlos después con una degustación. La quesería cuenta con instalaciones para eventos con cocinas, salas de catas y espacios al aire libre en esta zona volcánica.

Otras actividades son por ejemplo una obra de teatro especial para un congreso en el Corral de Comedias de Almagro, y posterior cena en el Parador de Almagro, experiencias de teambuilding y aventura en el Parque Natural de las Lagunas de Ruidera o en el Parque Nacional de Cabañeros.

Cuenca es otro de los rincones por explorar, con su imagen más emblemática, las Casas Colgadas, cuyos balcones de madera y ventanas enrejadas se asoman a la hoz del río Huécar y que alberga el Museo de Arte Abstracto Español. Allí se pueden hacer eventos de pequeño formato. Después de callejear entre pintorescas calles de casas de colores y monumentos históricos, es hora de retomar el contacto con la naturaleza en La Ciudad Encantada, un espacio natural de Interés Nacional a media hora de la ciudad. El recorrido por este paraje compuesto por rocas moldeadas por la erosión a lo largo de miles de años, resulta más divertido si se van identificando parecidos razonables: la Tortuga, la Cara del Hombre, la Lucha entre el Elefante y el Cocodrilo… La empresa Toc Toc eventos organiza actividades de teambuilding en la naturaleza para conectar con el equipo y desconectar de la rutina diaria, además de convertirlas en una acción de RSC relacionada con el respeto al medio ambiente y las prácticas sostenibles en uno de los numeroso entornos naturales que rodean a la provincia de Cuenca. Incluso volver al jurásico en la Ruta de los dinosaurios, descubriendo en el Centro dedicado al yacimiento de Lo Hueco, cómo las obras del AVE Madrid-Valencia sacaron a la luz el yacimiento de dinosaurios más grande de España, hace 75 millones de años.