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Cómo integrar a los introvertidos (que somos todos un poco…) en eventos
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Por Eric Mottard
“Sesión de networking”, “turno de preguntas”, “sesión participativa”… Estos ingredientes son cada vez más importantes en los eventos, pero provocan sudores fríos a mucha gente, que llamaremos aquí “los introvertidos”. Más que decirte que la gente tiene que participar sí o sí con alegría en todo lo que ideas en tus eventos, más vale entender a este colectivo que representa una sólida minoría de la población. Asistimos en la conferencia EMEC de MPI en La Haya a la sesión sobre este tema realizada por Juup Laarman-de Kanter quien nos explicó las claves para sacar lo mejor de los introvertidos.
Ante todo aclaremos: los “introvertidos” no son unos enfermizos sociales, sino que somos muchos de nosotros. Fue interesante notar en la sesión que algunas grandes figuras de la industria de eventos se declaraban introvertidas. La presentadora estimaba que un 30% de la población es introvertida, aunque obviamente no hay una definición en modo ‘blanco o negro’ sino que hablamos de niveles de introversión.
El aspecto negativo de los introvertidos es conocido: timidez en grandes grupos, participación limitada en las sesiones de grupo. Pero este rasgo de personalidad, basado en cierto miedo social, lleva a desarrollar grandes cualidades. Esta incertidumbre les lleva a ser muy buenos observadores, a saber escuchar a los otros y analizar en detalle, a pensar antes de actuar, y a tener más sentido en su networking (cambiando la voluntad de conectar con mucha gente, a un plan para conectar con poca gente pero muy relevante). Entonces mírales de otra manera: más que gente apagada que no toma la palabra, podrían ser la gente más estratégica, una cualidad cada vez más necesaria en esta época en la cual todos vamos corriendo más que pensando.
En la sesión, Juup nos dio unos consejos para saber traerles a bordo de nuestro evento.
Antes del evento
- Infórmales del evento. Es un colectivo nervioso ante lo desconocido, así que vale la pena informarles antes sobre quién viene al evento, qué formatos se aplicarán y qué tendrán que hacer, para que tengan la sensación de llegar a un evento que ya conocen.
- Pásales contenidos. Quieren pensar y analizar antes de hablar. Pásales descripción de las sesiones, de los speakers, quizás un vídeo para que entiendan un poco el tema (y quizás incluso preparen una pregunta que harán en voz alta, ¿quién sabe?…)
- Contacta con ellos, si puedes. ¿Por qué no llamarles antes del evento? No en un evento de 2.000 personas, pero un contacto personal por email o, mejor aún, por teléfono permitirá que se sientan ya un poco como ‘en casa’, algo positivo para este colectivo.
- Ponles en contacto con otro asistente. Algunos eventos tienen un programa de padrinos para los nuevos, una persona que conoce el evento y podrá ayudar a un novato en su experiencia, una manera de tranquilizar a un introvertido que irá a un evento nuevo.
Durante el evento
- Ponles en pequeños grupos. Están intimidados ante grandes grupos pero todos podemos abrirnos en un grupo de cinco personas. Dividir las sesiones de reflexión en grupos muy pequeños es una manera de que se abran y participen en este grupo. Lo cual quizás incluso les animará a participar cuando la sesión vuelva a ser plenaria.
- Dales la bienvenida de forma personal en la entrada. Tampoco es fácil en un evento grande, pero el momento de entrar es intimidante, así que tener gente en la puerta que pueda darles la bienvenida o presentarles a otras personas es una forma de crear la necesaria confianza.
- Déjales estar tranquilos en ciertos momentos del día. Julius Solaris identifica el JOMO (joy of missing out, contrario de FOMO) como tendencia este año. Todos, especialmente los introvertidos, apreciamos momentos tranquilos donde podemos pensar, ponernos al día, descansar…
- Pon algo de música, el silencio puede intimidar y la música llena la impresión de vacío (y de que todos escucharán lo que cada uno comente).
- Permite preguntas de forma anónima. Hay muchas apps que permiten hacer preguntas anónimas (y por tanto sin miedo). En sesiones de ruegos y preguntas, suelen hacer preguntas los extrovertidos (que no tienen miedo e incluso pueden buscar protagonismo), pero los introvertidos pueden hacer preguntas muy relevantes por escrito (y como vimos, son personas que piensan mucho, con lo cual serán a menudo mejores preguntas). Esta solución te permite también elegir las preguntas más relevantes, algo que no puedes si se hacen a mano alzada.
- Pon tiempo para pensar. Esto no es para los introvertidos sino para todo el mundo. En eventos, nos bombardeamos de mensajes y luego, sin pensar, preguntamos si hay preguntas. Y ¿qué tal dar cinco minutos para reflexionar sobre los aprendizajes de la sesión, de forma individual o en pequeños grupos? Tenemos que poner más tiempo de reflexión. Será bueno para los introvertidos… y para todo el mundo.
- Pon ice-breakers (fáciles). Puesto que ponerse a hablar con un desconocido no es lo más fácil para un introvertido, los ice-breakers funcionan bien si son fáciles (¡¡que el ice-breaker no intimide!!). Desde fun facts en las acreditaciones de la gente (en EMEC se puso el último sitio donde habíamos ido de vacaciones, ¡funciona muy bien!) hasta la misión de buscar a quien tiene la otra mitad de una foto… estos juegos permiten facilitar los contactos y hacerles sentir un poco más en casa.
Pero no pienses en estas cosas solo para introvertidos: todos necesitamos un poco de ayuda para ser más sociales en eventos. Así que implementa este tipo de medidas en todos tus eventos, ¡e incluso el más extrovertido lo disfrutará más!
