Cómo el viaje de incentivo puede aumentar su mercado potencial y explicar su poder
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¿Se ha normalizado la actividad en viajes de incentivos?
La mayoría ha vuelto a la normalidad, sí. La actividad ha repuntado con mucha fuerza, pero no hay que olvidar lo mucho que ha cambiado la organización del trabajo y la gestión del talento por varios motivos: por un lado, las empresas tienen que ser mucho más flexibles en la gestión de sus equipos, ya que mucha gente quiere asegurar el equilibrio entre el trabajo y el resto de su vida. Por otro, reunirse a distancia está muy aceptado. Aunque nada sustituya al cara a cara, esta aceptación de las reuniones virtuales es algo que tenemos que mantener, porque evitar el costo y el tiempo de viaje es un gran beneficio. Tenemos que asegurarnos de que la calidad de lo que ofrecemos justifique el esfuerzo de desplazarnos.
En un mundo en el que se puede acceder fácilmente a cualquier información online (y la IA solo empeorará las cosas), ¿no es la relación humana la gran calidad de los eventos, más que la comunicación? ¿Y esto es la gran fuerza de los viajes de incentivo? Las empresas tienen mil formas de comunicar un mensaje, pero no muchas de crear relaciones significativas…
Absolutamente. Y durante la pandemia, los viajes de incentivo a menudo se sustituyeron por premios en efectivo, pero la gente usó este dinero para pagar sus facturas. El efecto motivador fue pobre y las empresas vieron entonces que la experiencia compartida sí crea esta retención, esta conexión emocional… La gente valora la experiencia, el privilegio de ver un destino único, de mezclarse con los líderes de la empresa, estar orgullosos del premio.
Hoy, aunque ir al otro lado del mundo sea genial, el simple hecho de encontrarse y compartir tiempo parece ser un premio. Esto genera una pregunta: en el contexto actual en el que valoramos tanto el tiempo compartido, ¿deberíamos abrir el espectro de los viajes de incentivo y organizar también viajes más cerca y más cortos?
Sí, y esun punto importante. En nuestra visión expresamos la importancia de las “experiencias motivadoras” más allá del viaje de incentivo lejano. En un mundo cada vez más virtual, vemos empresas que realizan retiros externos que crean experiencias compartidas, estimulan la lealtad, la retención y el amor por la empresa. Algunos no son tan exclusivos, pero crean un poderoso resultado en la motivación. En lugar de un viaje a Bora Bora, podrías tener más reuniones a lo largo del año, combinando trabajo y tiempo libre con actividades especiales. Esto podría ampliar nuestro mercado objetivo, más allá del «club del presidente», a más personas dentro de la empresa; y nos encantaría ver que este tipo de experiencias se infiltran más en la empresa.
Quizás en algún momento nos preguntemos ¿por qué el incentivo se limitó a una vez al año…?
Sí. Además del gran viaje de incentivo, tiene sentido hacer viajes más pequeños, cerca de casa, que ofrezcan momentos especiales. Esto requerirá trabajo de SITE y de otros actores. Para articular este valor (ya que aún implicará tiempo y coste), tenemos que explicar el retorno de este planteamiento. Y no es siempre fácil: puedes medir el impacto del incentivo en ventas, pero es más difícil medirlo en compromiso y retención.
¿Falta RR.HH. en la industria del incentivo? ¿Estamos demasiado centrados en el turismo?
Es algo de lo que hablamos mucho y esto se alinea con la necesidad de construir nuestra argumentación del valor del incentivo. Tenemos que alinearnos más con RR.HH. y saber cómo quieren motivar y recompensar. Tenemos que entenderles y podemos ayudarles mejor.
¿Deberíamos acercarnos también a compliance, cuya aprobación es importante en viajes de incentivos?
Sí, empezamos a hablar con ellos. Esto abarca algo que es muy importante para nuestra industria: ver cómo funcionan las empresas en todos los aspectos y pensar cómo podemos fortalecer su negocio. La dimensión de estimulación de ventas de los programas de incentivos es más fácil. Ahora tenemos que involucrar a recursos humanos y compliance. Se trata de un proceso estratégico para comprender mejor cómo funcionan las empresas y cómo los viajes de incentivo pueden aportar valor a las divisiones clave y a los decisores.
Los viajes de incentivo son increíblemente útiles, pero ¿no se entiende todavía mal esta potencia?
Tenemos que liderar los esfuerzos para hacer entender este valor. Durante la pandemia, realizamos un estudio en colaboración con SMU, preguntando a los CEOs de todo el mundo por qué organizan viajes de incentivo. Reconocen que el incentivo conecta a los empleados con la empresa y crea motivación para mejorar y crecer, pero articularlo con datos es difícil. En otro estudio que se publicará próximamente, preguntamos a los ganadores de los programas de incentivos el efecto que ha tenido en ellos. Seguimos analizando el valor de los viajes de incentivo.
¿Está aumentando el uso de viajes de incentivo?
No tenemos datos recientes, pero sentimos que están subiendo. El motivo que explica esta crecida se remonta a la pandemia, cuando las empresas no pudieron organizarlos. Siempre decimos que el cash no es un motivador tan fuerte como una experiencia compartida, y las empresas lo comprobaron entonces.
Esto está relacionado con un tema que me fascina: el poder transformador de los viajes de incentivo, que viene del poder del viaje en sí mismo (visitar un nuevo destino/cultura) pero también del hecho de ofrecer relajación y una forma de liberarse del estrés del día a día. Asimismo, es transformador este viaje por la forma en que el ganador cambia su relación con la empresa: se vuelve más leal y deseando permanecer en la empresa muchos años.