Cómo De Boer aportó innovación muy rentable al MWC
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La empresa montó así siete auditorios para un total de 5.000 personas, además de restaurantes, zonas lounge y de networking para 1.500 asistentes, salas de reuniones ejecutivas y espacios de exposición, todo utilizando un tercio menos del espacio original. Un trabajo de ingeniería y esfuerzo conjunto con GSMA y Fira de Barcelona para poder acometer el proyecto dentro de los parámetros más exigentes de seguridad y salud. Fue necesaria la elaboración de un PAU de seguridad – Plan de Autoprotección especial – donde incluso la estimación de riesgos es diferente a otros salones por la concurrencia y ocupación del espacio. Una vez viable la construcción desde el punto de vista de las administraciones locales, el proyecto solo podía ser exitoso con la superación de los siguientes retos:
El reto técnico. La optimización del espació derivó en un diseño más compacto, lo cual hizo necesario un perfecto control acústico para que el sonido de una sala no afecte a otra al lado. Para ello se hizo un despliegue técnico de barreras acústicas, con telas acústicas elaboradas por De Boer, y que en esta versión eran ya mucho más finas que en pasadas ediciones, lo cual facilitó su instalación y cuelgue.. También se montó un control de temperaturas para garantizar el confort de los asistentes. La empresa incluso hace fabricar para este evento sus propias butacas de cine (900) con cargadores USB integrados (¡imprescindible!).
Las estructuras debían permitir espacios diáfanos de hasta 50*45m y en algunos casos con 8 metros de altura, para aportar la luz necesaria al despliegue audiovisual. Así mismo, los altillos debían de permitir 4,5m de altura en la planta baja para hacer atractivo el espacio para los expositores y su decoración; y soportar la construcción de auditorios con capacidades de hasta 1.000 personas en su planta superior. Todo sin puntos de anclaje, además, lo Cual conllevó un diseño de refuerzos estructurales y visados de ingeniería específicos.
El reto en concepto creativo. A pesar de la condensación en la distribución de los espacios, el diseño de interiores debía de acompañar a la experiencia de marca y facilitar el flujo de los asistentes – todo bajo un único hilo conductor que mantuviera un mismo concepto creativo dentro de la gran variedad de espacios personalizados.
Desde el punto de vista del montaje, otra innovación fueron los sistemas monitorizados que permitieron montar estas gigantes estructuras sin grúas, una solución para montar en espacios donde no puede haber maquinaria pesada. La solución consiste en colocar las estructuras en el suelo y “simplemente” subir todo con motores guiados por un sistema automatizado.
Gracias a este planteamiento, De Boer generó 5.600m2 adicionales para vender. Montó también en el pabellón 4 el espacio del Ministerial Programme, un lounge VIP patrocinado por PWC para 300 personas, con espacios de reuniones para los asistentes con pases Platinum y Gold, además de espacios de exposición para HP, Peugeot, Visa y McKinsey entre otros.
“La clave es ponerte en la piel del cliente, entender lo que necesita para crecer, con el fin de poder aportar un formato que posibilite ventas adicionales y contribuya a una mejor experiencia de los asistentes”, dice Mónica Melero de De Boer.