Impertinentes, quisquillosos, desconfiados, listillos, prepotentes, maleducados... La personalidad de los clientes puede entorpecer, y mucho, no solo nuestra relación profesional con ellos, sino también el ambiente de trabajo y el resultado final de un proyecto. ¿Cómo manejarlos? ¿Hasta dónde aguantar? ¿Existen los finales felices? Hemos curioseado un poco...Cristina Muñoz
Yolanda Torres, directora de Equipo Singular
«Un frenazo a tiempo significa ganar la carrera»
¿Un tipo de cliente difícil?
Para mi el inquisidor, el que permanentemente está haciendo de