Claves para aprovechar tu moderador
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– ¡Toma uno! Parece un profesional prescindible… pero el moderador aporta muchísimo valor, fluidez en el evento, gestión de la interactividad que los speakers no siempre saben hacer muy bien, continuidad en el día, capacidad de introducir, concluir, hacer transiciones… con sentido. Y si haces lo frecuente (no tomar moderador, o tomar un poco del tiempo de alguien de organización), perderás un gran recurso: la persona totalmente responsable del «flow» de todo el contenido formativo.
– Elige el tipo de moderador. No tiene sentido pensar en «un moderador» como alguien genérico. Hay varios tipos y tienes que elegir en función de tus objetivos. Si se trata de un tema muy técnico, complejo y el objetivo es principalmente el puro conocimiento por un público muy interesado, tu evento puede requerir un moderador «técnico», especialista en el tema que pueda dar sentido, perspectiva a los debates, hacer preguntas expertas, técnicas… Si el objetivo de creación de comunidad, de trabajo en grupo es más importante que el puro contenido, puedes ir a por un moderador más «gestor de grupos», no necesariamente experto en la materia pero que asegurará que la gente se implique en el tema. Y si tenes mucho contenido pero tienes miedo de un día que parece largo, puedes tomar un moderador más «animador». Obviamente un buen tipo de moderador suelen ser los periodistas.
– Pásale un brief de verdad. Quién es el público, qué quieren aprender, qué queremos que aprendan, qué objetivos de creación de grupo, de motivación, de captación de contenido tenemos, cuál es el objetivo general del evento, qué ha pasado en la última edición del evento (logros / problemas)… Todo esto le permitirá hacer un mejor trabajo y evitar errores.
– Implicale desde el diseño de tu evento. ¡No le pases la escaleta el último día! El moderador se tiene que implicar desde la concepción del evento, del programa formativo. Leerá y modificará el programa pensando siempre en el asistente, en los momentos de cansancio a solucionar, en las formas de generar interactividad. Te dará ideas de formatos, de gestión del tiempo, incluso de incorporación de soluciones tecnológicas para facilitar la comunicación, la votación… Y tiene que conocer a toda la gente implicada, desde el equipo técnico hasta las azafatas que pasarán los microfonos, y acordar protocolos sobre cómo gestionar Q&A, hacer transiciones técnicas, o cortar una sesión por ejemplo.
– Repasa todo el programa con él, y ponle en contacto con los speakers muy temprano. Hemos trabajado con Hans Etman de Masters in Moderation para el Meeting & Incentive Summit, y lo hemos podido comprobar. El moderador tiene que ser el interlocutor de los speakers desde el momento en el que se decide su participación. Les tiene que conocer antes para que el diálogo sea natural entre ellos, pero sobre todo para repasar con cada speaker su tema, formato, momentos de interactividad, apoyo que puede darle el moderador… Otra cosa importante es hacer del moderador el «jefe a bordo» de las presentaciones, darle ante los speakers una autoridad fuerte para que pueda intervenir o incluso cortarle si necesario, con la autoridad necesaria.
– Cuidado con el «protagonista». Necesitas un buen moderador… pero no una estrella. No olvides nunca que los protagonistas son más los speakers (y el público). Si bien el moderador es importante, no tiene que tomar todo el protagonismo. Tomar un periodista estrella puede llevar a que el moderador sea el protagonista (por gusto o simple por prestigio natural) y que se pierda tu contenido.