Azores: exuberancia verde
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«Muchos aquí colaboramos como voluntarios con el mantenimiento de la isla», nos comenta Miguel, guía enamorado de su tierra, que nos detalle la increíble variedad de plantas locales, los tonos de verde, los paisajes naturales de estas islas volcánicas.
No se ven fábrica, ni construcciones altas. El único hotel de 5 estrellas se ha diseñado de tal forma que apenas se nota su color marrón sobre la montaña.
Y si paras de un lado de la carretera, no te sorprendas si ves plantas salvajes… talladas por manos humanas.
El mantenimiento de la naturaleza es una actividad constante. Los volcanes ya no son activos, pero han dejado una tierra fértil y unas islas con relieves siempre sorprendentes.
El Forte de San Bras, que protegió este destino estratégico en la ruta entre Europa y América está entre las construcciones humanas que vale la pena ver…
De hecho la ubicación de Azores tiene su dimensión práctica y simbólica: a dos horas y media de Europa, a tres y media de América, es un verdadero punto de encuentro. Un paraíso verde entre dos continentes.
