Asegura una mesa redonda productiva
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Presenta a los participantes
El debate será más libre, y más productivo, si los participantes están cómodos y ya se conocen un poco -más que verse tirados en la fosa de los leones sin conocer a sus contrincantes-. Organiza un café informal, preséntales, déjales que hablen y se conozcan un poco. Cuidado: el día D es un caos; prevé expresamente un tiempo y una persona para este encuentro.
¿Para qué estamos aquí?
En mesas redondas como en todo el resto de tu trabajo, es preciso tomar el tiempo de definir un objetivo, un enfoque. Se evita así la conversación del bar, sin dirección y más orientada al bla-bla que a una discusión constructiva. ¿A qué preguntas concretas queremos contestar con esta mesa redonda? ¿Qué puntos de consenso ya se pueden considerar como adquiridos y qué preguntas quedan pendientes?
Explica el entorno
En la reunión de preparación de la mesa redonda, recuerda quién es el público, qué otras sesiones se celebran, cuáles son los objetivos de la sesión, posiblemente qué mensajes ya se han comunicado. No quieres que un participante explique lo obvio o se enfrente a todos tus asistentes…
Algo de confrontación está bien
Una mesa redonda no es una sucesión de discursos positivos ni de conversación consensual entre personas que piensan lo mismo: tiene que haber confrontación, comparación de ideas diferentes. Busca participantes que tengan opiniones diferentes y explícales que no tengan miedo de expresar sus opiniones, con respeto por el otro, pero sin miedo. Explica con claridad que es un juego de ideas, no una lucha de personas.
El hombre de hierro para moderar
“Sólo un último mensaje”… Nadie quiere ser el primero que deje de hablar, pero pasa el tiempo. Además un riesgo es que un punto de detalle ocupe todo el tiempo. Toma un moderador energético y sobre todo explica a los participantes la importancia de la disciplina. ¡El moderador es el jefe!
Poco tiempo para cada intervención
59 segundos… Este programa de TV es una brillante ilustración de cómo tiene que ser una mesa redonda: sin discursos, pero con ideas claras, cortas, concisas. No se puede aceptar una intervención de 5 minutos en una mesa redonda: mata la interactividad y el ritmo. Explícalo a los participantes y al moderador.