Aprendizajes de Mario Alonso Puig para organizar mejores eventos
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Solo tenemos acceso a un punto de vista y no a la realidad en su conjunto y menos a la que contempla otra persona. ¿Qué supone esto? Pues que debes hacer un gesto de humildad radical si pretendes conectar con tu cliente, tus proveedores o tus empleados. Tú ves el rectángulo y tu cliente el círculo porque varias opciones son posibles y la vista siempre es desde un solo punto. ¡Asúmelo! La realidad es como un cilindro.
No te aferres a tu cosmovisión, no pienses en lo uno o en lo otro, sino en lo uno y en lo otro. Busca sumar, aprender y contribuir. Esto es…sigue preocupándote por tu personal de catering (que sacará las croquetas y el jamón) pero también por los técnicos que iluminarán esos manjares. Olvida el quedar bien o la superioridad, dado que un evento es la suma de múltiples factores y solo será un éxito con un equipo unido y equitativo.
Descarta el juicio porque funciona como la ceguera. La mente enjuicia y condena sin dejarte alcanzar profundidad de miras y de posibilidades. “Siempre están ocurriendo más cosas de las que nos imaginamos”, decía Puig. Para conectar y comprender, necesitamos explorar, observar, recapacitar, probar, tener curiosidad y no dar nunca nada por hecho. “Puede ser que exista un valor añadido en tu negocio que todavía no ves”. Para poder verlo no dudes en leer, investigar tendencias o estudios de mercado. Y por supuesto, nútrete de la vida del sector acudiendo a eventos.
Antes de buscar que te entienda el cliente, entiende tú. ¿Por qué no probar a plantear preguntas nuevas con el objetivo de comprender al otro y aprender de él? Es de esta manera como se perciben nuevas perspectivas, nuevos descubrimientos y sorprendentes aprendizajes o soluciones porque en la relación emerge el vínculo humano y “cuando se genera los cerebros crean algo nuevo y valioso”, de tal relevancia para el doctor Puig que confirma incluso que este vínculo humano creado impacta positivamente en la curación a nivel biológico de una enfermo.
He aquí el valor incalculable e incluso inmedible que puede tener un evento: ese momento único, irrepetible, face to face, perfecto para crear vínculos humanos y generar entonces… nuevas perspectivas, nuevos descubrimientos y sorprendentes aprendizajes o soluciones.