5 ideas a desterrar para conseguir reuniones productivas
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Buscamos formatos más abiertos y participativos en las conferencias que organizamos ¿pero sabemos qué es lo que estamos haciendo actualmente y que lastra el aprendizaje? Primeramente hay que identificar lo que no funciona y los malos hábitos que seguimos cometiendo cuando organizamos una reunión:
– Demasiada importancia al mensaje y la información que aporta el ponente, dejando de lado lo que realmente asimila el asistente. Generalmente se lanza una gran cantidad de información y conceptos nuevos a la audiencia que esta apenas puede digerir en el tiempo que dura la reunión.
– Las habituales mesas de expertos siguen un modelo de comunicación unidireccional. Los profesionales invitados aprovechan las preguntas del público para explayarse y desarrollar sus conocimientos casi como de una ponencia se tratase.
– Los grupos de trabajo generalmente no aportan gran valor y resultan frustrantes para los participantes. Suelen formarse con demasiada gente y además no son acompañados por ningún facilitador que les guíe por el trabajo que tienen que desarrollar juntos. La dinámica se limita a que discutan sobre un tema por su cuenta pero no se les insta a realizar algo concreto, materializarlo. Con esto es fácil que la dinámica se resuelva con dos o tres personas del grupo que acaparan el protagonismo hablando mientras el resto desconectan y se aburren con la actividad.
– ¿Por qué lo llamamos workshop cuando queremos decir ponencia? Los organizadores aprovechan los tiempos del programa dedicados a workshops para seguir metiendo presentaciones y más ponencias. No dejan de ser sesiones con discursos como se han venido haciendo en la sala plenaria, pero en esta ocasión para grupos más reducidos de asistentes. No se aprovecha el tamaño más pequeño de la audiencia para hacerlos más prácticos o introducir algún formato que favorezca más el aprendizaje.
– El networking es demasiado importante como para solo dedicarle el tiempo del coffebreak. Aprender no solo se debe relacionar con la parte más académica e intelectual sino también con el proceso de estar en contacto y conocer distintos puntos de vista, experiencias, etc. Para ello el conocer gente nueva, otros profesionales, hacer contactos nos permitirán ampliar nuestras miras y detectar nuevas oportunidades. Mejor entonces no relegarlo a un tímido encuentro detrás de un café ¿verdad?