4 ejemplos en los que comprar es un evento
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Comprar zapas a pie de evento
Ir de festival, estar a gusto escuchando tus grupos favoritos y entre concierto y concierto, toca tomar algo, descansar antes del próximo grupo y… comprarte unas zapatillas molonas. Con esta idea, la agencia CuldeSac propuso para Coolway, la línea freestyle del grupo Ulanka, un punto de venta itinerante en el que el escaparate, montado sobre un camión, tuvo un protagonismo especial para resaltar las zapatillas expuestas en relación con el evento en el que se instalaba.
Descontextualizando el ir de compras y metiéndolo en un entorno de ocio como los festivales, donde el target se encuentra en modo lúdico, y a su vez acercando el e-commerce de la marca a un entorno físico, este foot truck estaba formado por un cilindro con el logo de la marca y un cubo transparente a modo de escaparate. El cilindro interactuaba con el público a través de tecnologías de captura de movimiento haciéndolo partícipe de una performance en la que se intercalaban campañas y características del producto. Ambos –cubo y cilindro- se sincronizaban además con el ritmo de la música del festival mediante el juego de luces y vídeo.
The North Face abre un pop-up store a 2.100m de altitud en plena montaña
Si hablamos de una marca de ropa y equipación de montaña, su target anda pateando sendas y subiendo cumbres, así que el pop-up bien merecía montarse en las montañas. Y para conseguir esa singularidad que funcione de reclamo The North Face no dudó en plantar su pop-up en los Dolomitas a 2.100m de altura, en un campamento base al que solo se podía acceder tras una caminata de dos horas entre montañas.
Aunque para un montañero el hacer cima siempre es recompensa por el esfuerzo de subir, en este caso la marca puso un reclamo más: el pop-up serviría para hacerse con ocho artículos de coleccionista donados por exploradores y escaladores reconocidos. Prendas restauradas y que fueron usadas en sus ascensiones y que ahora se han personalizados con mensajes de sus antiguos propietarios para motivar a sus nuevos dueños a seguir explorando paisajes. A parte de subir hasta el pop-up, las prendas se podían adquirir mediante subasta, para recaudar fondos de ayuda a la conservación de las montañas.
La tienda de montaña pop-up estuvo abierta 10 días durante la celebración Mountain Festival, pero la marca está considerando convertirla en un vivac perdurable (un refugio de montaña) que sirva de ayuda a los exploradores de la montaña de hoy en día.
YSL monta una gasolinera pop-up donde repostar maquillaje
La acción se enmarcaba durante la celebración de la última edición del festival Coachella, la cita donde la música es una excusa y el postureo y los outfits de las celebrities que lo visitan lo que más repercusión genera. Así que, en este escenario, la marca decidió montar una gasolinera en la carretera en Cathedral City en la carretera 111, la misma que lleva al festival. Los llamativos surtidores rosas, un despliegue de descapotables y hasta un autobús rosa vintage llamaban la atención de los asistentes al festival que no dudaban en parar en la estación de servicio y conocer el pop-up.
Un descanso en medio del camino que servía para darle el toque “festivalero” al maquillaje probando el tono de base más favorecedor en un espejo virtual, customizando su propia barra de labios o comprando maquillaje en una original máquina expendedora.
La tienda no tienda de Zalando
Bajo el lema ‘free to shop’, este pop-up del marketplace abrió sus puertas como algo más que un punto de venta, sino como un punto de encuentro donde moda y arte van de la mano a la hora de crear una experiencia de compra donde el consumidor es el protagonista. La experiencia de ir de compras, tendencias, tecnología y arte urbano en un pop-up sin prendas físicas, pero con un probador virtual del catálogo de las colecciones de Zalando de lo más adictivo.
Basándose en los gustos y preferencias de la persona, esta vivía una experiencia de compra inmersiva a través de un sistema de proyección de mapping corporal. Esta tecnología permitía ver los diseños proyectados sobre el cuerpo adaptándose a los movimientos.
A parte de este probador virtual, la free to be shop de Zalando, ubicada en el espacio Ciento y Pico, era realmente un lugar vacío, sin ningún tipo de producto físico o elemento decorativo, en el que no se vendía directamente, sino un espacio abierto, variable, efímero para plasmar el concepto de libertad y arte.
Para reivindicar esta libertad, tres exponentes del arte urbano Mur0ne, Marina Zumi y Grip Face, creaton tres piezas de arte inspiradas en el concepto free to be. En la tienda, sus murales se proyectan a través de luz.