4 ejemplos de eventos presenciales y seguros
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Feria HIP (Horeca Professional Expo 2021) en IFEMA. Organizada por Nebext, ha sido el primer gran evento profesional presencial que se celebra en Europa este año, y ha demostrado que es posible hacer eventos seguros y responsables. Se aplicaron los protocolos sanitarios Business Safe que van más allá de los recomendados por las autoridades sanitarias, con una supervisión constante para garantizar las distancias, el uso de mascarillas y el control de aforo. Además IFEMA ha reforzado la ventilación de los pabellones, con purificadores y renovación constante del aire.
¿Qué opinan los expositores?
“Esta edición ha sido un gran catalizador de business, hemos conseguido más que en ninguna otra feria, porque después de un año sin apenas eventos, muchas empresas necesitaban reactivar sus relaciones comerciales, volver a ver a sus clientes” Diego Olmedilla, CEO de Aplus Gastromarketing.
“La gente ha venido con intención de comprar, de prepararse para la reactivación. Esta feria tiene una dimensión simbólica importante: apoyar la hostelería. Es una plataforma de comunicación de marca y ha sido el pistoletazo de salida para volver a la actividad” Eduardo León, responsable de eventos de Pascual.
“La salud es lo primero, pero hay que intentar conciliarla con la reactivación económica. Si las cosas se hacen bien, se pueden organizar eventos como este en el que el comportamiento de los visitantes es muy responsable, y me siento muy tranquilo”. Jonathan Gilboy, managing director de Oms y Viñas.
El cine y la música a la vanguardia de la reactivación
Los Premios Feroz, que podrían ser considerados como “los Globos de Oro españoles” celebraron su gala de entrega de premios el 2 de marzo en el Teatro Coliseum de Madrid, en formato presencial, cumpliendo todas las normas de seguridad. Un encuentro entre la industria y la prensa, en el que hubo photocall con estrellas de cine y series, aunque fuera con mascarilla. Para garantizar la seguridad se eliminó la tradicional cena y solo se mantuvo el formato teatro, todos sentados en butacas con una de separación en medio, reduciendo el aforo a un 27% (de las 1.700 plazas del Coliseum, solo se ocuparon 360). En la parte escénica se creó un espacio burbuja en torno a la presentadora y los actores que entregaban y recibían los premios.
La gala de los Premios Forqué reunió a 400 asistentes en el Palacio Municipal de IFEMA. Una demostración de que es posible organizar un evento en el contexto actual con seguridad trabajando bien el protocolo, con reducción de aforo al 30%, distancia entre butacas, y, en esta ocasión, también se hicieron test de antígenos, una solución integrada ya en muchos eventos. Todo el staff, las personas que subirían al escenario, y también los que pasaron por la alfombra roja con mascarillas, habían dado negativo en Covid.
Concierto de Love of Lesbian en Barcelona. Para demostrar la viabilidad de los eventos multitudinarios, el 27 de marzo, en el Palau Sant Jordi, tuvo lugar el primer gran concierto desde que comenzó la crisis sanitaria. Una prueba pionera en Europa que ya cuenta con un precedente, el evento experimental de Primavera Sound, un estudio clínico realizado en la sala Apolo de Barcelona, en diciembre de 2020, donde se celebró un concierto con 463 personas, que concluyó sin contagios entre los asistentes. En esta iniciativa de «Festivales para la Cultura Segura» participaron los directores de los festivales Primavera Sound, Sonar, Cruïlla, Canet Rock, Vida y la promotora The Project, con el apoyo de la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. Todas las medidas sanitarias estaban supervisadas por expertos del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona. Para asistir había que dar negativo en el test de antígenos previo, que se realizó el mismo día del concierto, desde las 8 de la mañana hasta las 16h, en las salas Razzmatazz, Luz de Gas y Apolo, pero también en el propio Palau Sant Jordi. En el cribaje solo se detectaron seis positivos de entre los más de 5.000 asistentes, que evidentemente, no entraron al evento. Con el fin de evitar aglomeraciones, la entrada fue escalonada y el recinto se dividió en tres sectores, con 1.800 espectadores por sector. Un protocolo de control de acceso exhaustivo, a través de una aplicación móvil, y 160 lectores de códigos QR, para validar las entradas y los tests, de forma rápida y segura. A las puertas del Sant Jordi se entregaron mascarillas FFP2 obligatorias en todo momento. En el interior, máxima importancia a la ventilación y a la limpieza constante con luz pulsada ultravioleta. Antes y durante el concierto se habilitó un dispositivo especial de desinfección, de la empresa Ndavant, para que todos los espacios de contacto (barandillas, pomos, puertas) estuvieran limpios, además de un sistema de luz pulsada ultravioleta tipo C, a través del robot Xenex, que elimina en menos de dos minutos el rastro de la Covid-19. Todo el staff también se hizo pruebas de antígenos.