4 claves para un cobranding de éxito en eventos
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Lo primero que hay que tener claro, ¿exactamente en qué consiste el cobranding en eventos? ¿Se trata simplemente de que dos marcas coorganicen un evento o compartan «a medias» los gastos del evento?
El cobranding se tiene que entender como una colaboración sinérgica entre dos o más marcas para generar una experiencia de mayor valor para el consumidor. De esta forma se acerca la marca a este, que se trata de un público objetivo afín a las dos marcas, el cual experimenta en el evento con ambas.
Patrocinio, colaboraciones, intercambio… Parece lo mismo pero no lo es. Un evento con cobranding no es lo mismo que un evento patrocinado. En el cobranding, ambas marcas tienen pesos comparables y son protagonistas. En el patrocinio la marca patrocinadora tiene menos peso.
Y cuando hablamos de colaboración, hay incluso mayor diferencia. En el caso del intercambio, el peso es directamente proporcional al volumen intercambiado.
En el cobranding las marcas son las protagonistas del evento. Se trata de generar una experiencia que sea mucho más que la suma de dos presupuestos para conectar mejor y de manera más efectiva con el consumidor. Se busca que los asistentes puedan tocar, probar y disfrutar del producto como si fuera un juego, estabelciéndose una relación marca-cliente muy cercana y de calidad.
El cobranding implica dejar de lado el afán de protagonismo de las marcas. No es un proyecto fácil, requiere de una compatibilidad o complementariedad de marcas muy importante. Se tiene que establecer entre las marcas una relación win-win. Algo que implica a la marca no tener el protagonismo total en el evento y la obliga a trabajar conjuntamente con otra marca la experiencia que se va a ofrecer. Hay que asumir la pérdida de protagonismo con el resto de marcas participantes en el evento.