10 consejos para potenciar la creatividad de los equipos
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1. Crea un espacio creativo. Asigna y decora una zona con colores vibrantes y agradables. Dótalo de materiales que fomenten el juego creativo como rotuladores de colores, pegatinas, plastilina, pintura, lego, música… y en general cualquier cosa que pueda activar ideas durante las sesiones.
2. Acomoda un ambiente relajado. La creatividad nace cuando las personas se encuentran en un estado estimulante pero natural, no en ambientes tristes o desmotivadores. El sentido del humor y la ilusión son básicos. En definitiva, haz que tu equipo se sienta a gusto y con ganas desde el comienzo de la sesión.
3. Integra la diversidad. Edad, área de conocimiento, sexo, etnia, religión… Si todo el mundo se parece, también lo hará su pensamiento. Una combinación de personas diferentes comprenderá un abanico de perspectivas más distantes y permite obtener datos más objetivos o cercanos a una realidad global.
4. Crea un equipo cohesionado y respetuoso. Las opiniones de uno no deben determinarse por las opiniones de los que los rodean. Nadie se atreverá a compartir su idea si piensa que va a ser juzgado o censurado. Crear esta cohesión supone trabajar la dinámica de equipo. Incluye juegos para romper el hielo, empieza con un desayuno donde se habla de otra cosa. Crea buen rollo antes de que empiecen a pensar.
5. Educa a tu comunidad en creatividad. Organiza sesiones, técnicas o charlas en las que se traten temas sobre innovación dentro de tu área de trabajo. Esto además de aportar conocimiento e inspiración, ayuda también a la interacción entre los compañeros.
6. Ten paciencia. Para trabajar colaborativamente, se debe aceptar que cada persona es distinta y no cabe esperar que tenga siempre la misma implicación ni aporte lo mismo. No todas las personas tienen las mismas capacidades creativas, ni sociales, ni trabajan los mismos tiempos, pero si atiendes a aquellos que más lo necesitan lograrás finalmente que se sientan seguros para compartir sus mejores ideas.
7. Incluye en el equipo al menos a una persona analítica. Aunque al principio parece que solo rebate las ideas del resto, lo que hace es estudiarlas en profundidad, buscar su parte crítica y aterrizar su parte útil.
8. Escucha todos los puntos de vista. El clásico “no hay malas ideas” es algo a llevar a la práctica de forma real, no levantando los ojos al cielo en plan “no puedo vetar esto, pero qué tontería”… No descartes ideas aparentemente absurdas, busca los aspectos positivos de ellas y apóyalos para desarrollar su imaginación. Alimenta la creatividad haciendo preguntas, nunca sabes qué idea será la detonante de ese eureka. De hecho incluso hay métodos de creatividad que se basan en pedir que la gente proponga ideas absurdas, y que el grupo busque forma de darles la vuelta para convertirlas en ideas valiosas. ¡Y funciona bastante bien!
9. Parte del problema, un propósito o meta bien definidos. Muchas grandes ideas vienen no de buscar ideas… sino de pensar en el reto. Einstein dijo “No es que yo sea muy listo, es solo que me quedo con los problemas por más tiempo”. Asegúrate que antes de buscar ideas, tu grupo haga bien el diagnóstico de lo que hay que mejorar.
10. Utiliza las herramientas digitales adecuadas para la deliberación. Las tecnologías digitales pueden facilitar la colaboración mejorando el trabajo en grupo, el diálogo y el aprender de los otros y con los otros.