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La semana pasada fui a una presentación sobre tendencias de marcas. Y por esas casualidades me llegó un boletín de un blog, que también hablaba de las marcas. Parece que Dios me está diciendo que esta semana mi lectura será sobre… ¡las marcas! En pocas palabras: se dice que una marca no es un logo, […]

La semana pasada fui a una presentación sobre tendencias de marcas. Y por esas casualidades me llegó un boletín de un blog, que también hablaba de las marcas. Parece que Dios me está diciendo que esta semana mi lectura será sobre… ¡las marcas!

En pocas palabras: se dice que una marca no es un logo, ni una identidad… Una marca existe en la mente y en el corazón de las personas, es lo que ellos sienten cuando piensen en tu empresa. Y también comentaba que para establecer una marca, esta debe generar el efecto boca-oreja, los consumidores deben ser defensores de tus productos y debes hacerles crecer en ellos.

Trasladando estos pensamientos a los eventos, donde la experiencia es vital y la sensación es esencial, los eventos deben ser algo como una marca… Se me ha quedado grabado desde siempre en la cabeza que los eventos son experienciales, pero también costosos en comparación a otros medios de comunicación. He participado de muchos eventos en los que me sentí vacía, decepcionada, en definitiva, una total perdida de tiempo. Me pregunto: ¿cómo el organizador del evento ha podido dejar pasar esto? Un evento que no genera ningún interés o temas de conversación, que no te llena ni visualmente ni emocional… Todo sabemos que un evento no consiste sólo en la logística (sala, catering, AV,…).

Los elementos “soft” son igualmente importantes, como lo que sermonea la disciplina de Meeting Architecture: conceptual, humano, artístico, técnico, tecnología,… Cuando alguien está en tu evento, tiene que tener alguna sensación in-situ para que cuando piense en tus eventos, le despierte alguna emoción y que le dé ganas de comentárselo a lo demás. Seguro que no os estoy contando algo nuevo, pero a veces vale la pena recordar qué estamos haciendo. Sobre todo de lo que ya estamos tan acostumbrados a hacer, y que olvidamos detalles y solemos perder las perspectivas.

¿Tu evento existe para tus asistentes? ¿No se perderán la cita cuando sea la fecha indicada? ¿Se emocionaran cuando hablen de tu evento? ¿Les gustará comentárselo a sus amigos y colegas para que también vayan? Como una marca, haz que tu evento exista en la mente y en el corazón de tu target. Love me, love my events!

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