Confesiones: “metí la pata en el fondo y en la forma”
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Hace unas semanas realicé un evento donde invité a amigos, conocidos y clientes, tenía la plena seguridad de que los participantes iban a salir totalmente emocionados, no me planteaba ninguna duda, incluso semanas antes en una experiencia similar, el éxito había sido total, “sin precedentes”, de esos que sales lleno por ver como algo que has creado, ha servido para que un grupo de personas, en un solo día salgan con un montón de ilusiones, emociones y proyectos en la cabeza.
Pero os he de confesar que no fue así,… ni mucho menos vi esas caras de sorpresa, emoción, alegría e ilusión que estaba seguro que vería al final del mismo.
Llevo desde ese día un poco “ido”, dándole vueltas a qué pasó, bastante confundido, intentando analizar el por qué, sabía que en solo una mañana, el evento estaba muy comprimido, pero esa no podía ser la única causa, ni siquiera la principal como parecía ser.
Y que grande es la crítica constructiva, esta tarde tomándome un “mosto” con mi gran amigo Chilo, uno de los participantes, nuevamente saqué el tema, como podéis comprobar, no podía quitármelo de la cabeza, no encontraba las respuestas, y no puedo más que agradecerle su sinceridad escribiendo este post, quiero resaltar la importancia de que tanto clientes, como amigos, como proveedores, nos hagan siempre un feed back realista, sin tapujos, por duro que sea, y también qué importante es “saber escuchar”, (ejercicio que últimamente pienso que por fin estoy aprendiendo) efectivamente, unos cambios que había realizado, habían sido unos graves errores por mi parte.
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Ahora, aunque parezca mentira, se que ese evento me ha ayudado a crecer enormemente, y aunque el objetivo de sorprender a los invitados no se ha conseguido, ni siquiera el tipo de experiencia que yo quería hacerles vivir, he salido profesionalmente tremendamente reforzado.
“Metí la pata en el fondo y en la forma”, lo que mas me duele es la ilusión, esfuerzo y entrega “gratuita” de todo el equipo, incluyendo en el mismo a los proveedores, que como tantas veces confiando en nosotros, dan todo lo que tienen, y por supuesto me duele enormemente por los invitados, siempre me gusta darles todo lo que sé, emocionarles, y esta vez no supe hacerlo.
Siempre digo que nuestro trabajo es como el de los médicos “en vivo y en directo”, y la capacidad de equivocarnos es mínima, diría que debía de ser nula, ojala siempre nos salgan las cosas tal y como las preveamos, pero si no es así, que clarificador es encontrar las respuestas, así, al menos para ti, será “el mejor de los eventos”.
Espero con esta confesión haberos ayudado en algo, a mí, me ha servido de mucho poder contároslo.