Lo que me mantiene despierto por la noche
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No, lo que me mantiene despierto, lo ha entendido Podemos, que sabe la angustia que me genera la urgencia de cambiar el modelo político de monarquía a república, como pidió Iglesias hace unos días. Esto es lo más urgente en este país, como decía ayer Roberto S., regidor que trabaja como autónomo: “que dejen de pensar en los cientos de miles de autónomos que no tienen trabajo y pronto, tampoco tendrán prestaciones, y que pongan toda su energía a redefinir el modelo de Estado, no puedo vivir más tiempo en una monarquía”.
También lo ha entendido el PSOE, que sabe que no duermo por el caso Kitchen, un tema para cuyo esclarecimiento pedimos al Gobierno que deje de lado inmediatamente la gestión de la crisis sanitaria y económica, y que ponga en él toda su energía. “Que dejen de pensar en el hecho de que un sector que pesa cientos de miles de empleos y se ha manifestado el 17S se está muriendo. Quiero saber qué ha pasado en el caso Kitchen”, nos comentó Alicia R., responsable de cuentas en una agencia de eventos, en ERTE al 100% desde marzo. Las angustias por saber qué trama el PP ha montado hace años es lo que merece cada minuto del trabajo del Gobierno, según ella.
Por suerte, el PP también sabe que lo urgente hoy es exigir el cese de Garzón y llevar al Congreso la reprobación de Iglesias “por atacar al Rey” y a Sánchez “por tener en su Gobierno a un partido defensor de la tiranía venezolana”. Antonio F., diseñador de stands que ya ni sabe cómo encender su ordenador al no haber hecho ningún proyecto en seis meses, comenta: “no he pegado ojo esta noche al pensar en los defensores de la tiranía venezolana en el Gobierno. ¿Y nosotros, nos manifestamos para mantener este sector con vida, cuando hay cosas mucho más graves como los simpatizantes bolivarianos en el Gobierno? Me avergüenzo de nuestro egoísmo”, añadió.
Finalmente, Torra sabe que nos provoca angustias el retraso en el camino hacia la independencia catalana. Anna P., responsable de banquetes de un hotel de la Ciudad Condal, comenta: “Claro, el hecho de que nuestro hotel lleve seis meses cerrado y se encamine a otros seis es un disgusto, pero tenemos que tener perspectiva: la ruta hacia la República Catalana no puede esperar. Que dejen de generar un plan de reactivación para nuestro sector y cuidar de nuestra promoción MICE, y se pongan a actualizar la hoja de ruta hacia la república ya. Es nuestro problema más urgente”.
No es la primera vez que los gobernantes tienen un sentido de lo realmente importante. Cuentan que durante la Segunda Guerra Mundial, en plenos bombardeos sobre Londres, Churchill decidió lanzar un debate nacional sobre el color de la equipación del equipo británico de cricket, pidiendo a su gobierno apartar todos los planes de defensa de la ciudad, y decidió además atacar a sus contrincantes políticos por su gestión cultural en Gales, claramente demasiado progresista. Una decisión que el pueblo apoyó totalmente, consciente de que la guerra no podía apartar la gestión de los temas importantes para el país. Tampoco podemos olvidar cuando, después del 11 de septiembre, los demócratas americanos pidieron al Gobierno dedicar toda su energía a la redecoración de la Casa Blanca, cuya moqueta parecía claramente antiguada, y “un guiño conservador de mal gusto, que no se puede tolerar ni un minuto más”.
AHORA, ACLAREMOS. Pido perdón a cualquiera pueda haberse sentido ofendido. Quizás lo que estoy haciendo es fácil, este discurso de “todos impresentables” cuando gobernar es sumamente complicado. Este artículo es un artículo de humor (en los dos sentidos de la palabra). Un artículo para sonreír pero también un artículo de mal humor, de cabreo cada vez que veo un debate bronco en el congreso. Estamos en guerra, señorías. En guerra. Y puesto que la parte humorística ha acabado, me gustaría dejar negro sobre blanco lo siguiente:
- Decencia. Cualquier ataque político al enemigo para sacar rédito electoral se ve, señorías, y es indecente en el contexto actual, especialmente cuando el observador trabaja en un sector tan dañado como el nuestro. Tendríamos que estar en un clima de unión nacional sagrada. Estamos en guerra, sanitaria y económica. Pero supongo que el ADN de un político no cambia, y todo se ve como una oportunidad o amenaza partidista.
- Claridad. La obsesión de nuestros gobernantes tendría que ser el hecho de aportar claridad, perspectiva a una población -y por la parte que me toca, un sector- devastada. No tener visibilidad sobre lo que será la situación de los ERTE dentro de tres días es una vergüenza, un insulto a los empleados y a las empresas que intentan capear esta crisis.
- Reactivación. Los demás países de nuestro entorno tampoco han hecho lo suficiente, pero algo han hecho (hace unos días, Francia aportó 220M de euros al mundo del evento y espectáculo, anunciados por el mismo Primer Ministro). La ausencia total de plan de reactivación económica (especialmente en el sector más castigado por esta crisis) es difícil de entender o aceptar.
Creo que todos los héroes que pelean en y para nuestro sector (y otros sectores) se merecen otra cosa.