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6 espacios inusuales donde se han organizado eventos

6 espacios inusuales donde se han organizado eventos

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Tipos de espacios para eventos hay muchos, pero encontrar uno que sea realmente singular, inusual, extraño, peculiar -ya sea porque no esté pensado para este fin o porque nunca se haya utilizado para eventos- es como encontrar un tesoro escondido. ¿Qué fue antes, el espacio o el evento? Pues eso depende de si la propuesta parte de vosotros (visteis un espacio y ya no os lo podéis quitar de la cabeza ¡hay que hacer algo aquí!) o si el cliente os pide algo`poco convencional´. Hemos preguntado a varias agencias ¿cuál es el espacio más singular, extraño, `raro´ en el que han organizado un evento?

Naturaleza salvaje. “Una playa virgen alejada del turismo y de todo bicho viviente, pero que en realidad estaba llena de bichos”, nos cuenta Juan Ramón Ortega, Group Account Director FCB Spain. La verdad es que encontrar un espacio adecuado suele ser lo principal y, a veces, lo más dramático, sobre todo si quieres sorprender… Ese espacio extraño fue una playa salvaje del Caribe, en República Dominicana. Era para la gran fiesta Desalia, de Ron Barceló. Y allí fueron con la idea de encontrar un chiringuito, hamacas y demás…nada más lejos de la realidad. Ya en el viaje de prospección, vieron que las playas tenían vegetación y naturaleza propia, y se dieron cuenta de que la aventura iba a ser más complicada… Durante un mes, vivieron en un contenedor sin aire acondicionado, con sol, viento y lluvia. Los operarios igual cortaban palmeras que se subían a por un coco. Todo muy exótico. A esto hay que sumarle el cumplir plazos de producción, la comida de los hoteles cercanos, los mosquitos gigantes… Eso sí, con un coco-loco en la mano, todo se ve mejor, recuerda Juan Ramón.

A orillas del Guadalquivir. “El Muelle Camaronero  en Sevilla, un lugar que jamás había acogido ningún tipo de actividad ni evento”, fue la apuesta del equipo de Cristina Rodríguez, directora Creativa de Grupo Abbsolute. Bogaris realizaba su Meeting Point y querían una propuesta que sorprendiera a sus invitados. Eligieron dos espacios emblemáticos: el Hotel Alfonso XIII de Sevilla y al lado del río, el Muelle Camaronero. Cercano a la residencia de los antiguos pescadores y marineros, el muelle es un conjunto formado por un paseo, rampa hasta la orilla y plataforma de 100m sobre el agua. Lugar que, pese a tener las mejores vistas de la ciudad, había permanecido siempre cerrado y sin actividad. Un almuerzo a orillas del río, música y una escaleta emotiva dieron el contenido a este continente que sorprendió a clientes y a los organizadores, que encontraron un lugar con infinitas posibilidades.

Muelle Camaronero

Markets con historia. “El Mercado Central de Valencia es el mercado cubierto más grande de Europa”, dice Cayetano López Llobet, director general de Mondo Lirondo. Fue muy curioso, porque el equipo de PRADA se puso en contacto con la agencia para que les ayudara a localizar un espacio singular para una fiesta. No tenían mucha información, ni número de asistentes, ni necesidades técnicas, ni ningún otro dato. Así que seleccionaron 8 localizaciones, y tras agotar el último recurso, que era la Plaza Redonda de Valencia (aunque al cliente le gustaba, por motivos de seguridad, no les encajaba), Cayetano recordó una cena que había realizado Michelin en el Mercado Central de Valencia, y allí llevó al cliente que al verlo quedó hipnotizado. Negociamos con los puestos del mercado que se transformaron en muestras de producto, se sirvió comida y el puesto de los encurtidos fue la cabina del Dj que amenizó la fiesta para 1.500 invitados, entre ellos, estrellas de Hollywood como Aston Kutcher, Demi Moore o Cloe Sevigny, recuerda Llobet.

Mercado Valencia

Un barco de guerra. “Para no revelar la localización ¡tuvimos que ir en helicóptero con los ojos vendados para poder visitarlo!”, cuenta Olivia Walsh, chief Creative Officer de Apple tree communications. Para la Fundación ‘We are Water’ de Roca eligieron el balneario de La Perla en San Sebastián, con una experiencia muy acuática: desde una copa de bienvenida que era de agua hasta una demostración de natación sincronizada, con coreografía de Gemma Mengual y música de José Mercé. Pero, el espacio más inusual fue el que utilizaron para celebrar el ‘Queens Birthday Party’: un barco de guerra del Royal Navy. Además de ser un venue atípico, lo que resultó sorprendente fue la visita de prospección. Durante las semanas previas no podían revelar la localización del barco de guerra y subieron a bordo con los ojos vendados, por lo que no pudieron tomar medidas ni fotos… pidieron a la tripulación que enviara la información necesaria para gestionar y producir los elementos imprescindibles.

Sobre el mar. “Una pasarela en el mar, enfrentándonos a olas, mareas y con 12 horas para el montaje”, explica Manel Huertas, CEO y fundador de Bacus Eventos. Una piscina natural al sur de Tenerife que vaciaron para construir la escenografía con escenario, camerinos flotantes, audiovisuales, pasarela y gradas para los VIP de la marca… todo un reto. La mayor dificultad técnica fue luchar contra los elementos: vaciar el agua, construir la estructura sobre fondo rocoso y, cuando subía la marea, tenían que continuar con buzos. Un evento para la marca de ropa de natación Arena, que presentaba su colección para los Juegos Olímpicos de Rio, “Water Instinct”: la historia de una niña a la que le regalan una gafas de natación termina siendo campeona olímpica, todo contado con shows  y coreografías en la pasarela.

Piscina Tenerife

Retiro espiritual. “Encontré el monasterio por casualidad, en plena naturaleza junto al río Deza y cerca del Coto Costoia, en un abrupto paraje”, recuerda Cristina Estarelles, directora y gerente de Trílope. El cliente quería un enclave histórico para transmitir la cultura gallega y el Monasterio de Carboeiro, en Silleda fue la ubicación perfecta. Una experiencia mística en un espacio virgen que se transformó forrando el deteriorado pavimento con césped natural y centenares de helechos que trepaban a modo de enredadera por los pilares y columnas. La iluminación se consiguió con 1.000 cirios y velas tradicionales de Santiago y con guirnaldas de bombillas a más de 10m de altura. La cripta se transformó en un escriptorium (habitación donde los escribas copiaban manuscritos), y para llegar, los asistentes debían recorrer las escaleras circulares con un farolillo de vela. En la biblioteca, una lupa dejaba ver el papiro firmado por el cliente con el agradecimiento a sus invitados.

Monasterio Carboeiro

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