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Cenas de navidad: un gran momento de cohesión corporativa

Cenas de navidad: un gran momento de cohesión corporativa

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¿Un regalo o un mal trago? La cena de Navidad, una verdadera institución y quizás el evento organizado de forma más sistemática por las empresas.

El 69% de los empleados encuestados por la ETT Alta Gestión las valoran positivamente, pero el 22% declaran que asistirían por compromiso. Los organizadores se esfuerzan por hacer que sus empleados se encuentren a gusto, participen y disfruten del momento en este gran momento corporativo.

¿El evento más emocional?
«Es un momento de celebración y de balance del año, y el hecho de celebrar las Navidades junto con otros empleados lo convierte en el más emotivo que cualquier otro evento de empresa», asegura Inés Arpa de El Camerino. Si algo caracteriza estos eventos es precisamente la dimensión emocional, humana, colectiva, más que el lujo o la perfección organizativa.

De hecho, en esa emotividad, «la gente de la compañía suele estar más abierta a colaborar», continúa Sergio Sancho de La Despensa, que organizaron para una famosa marca de bebidas un evento navideño en el que «por equipos de trabajo y con brief en mano realizaron los spots de cada una de sus marcas, siendo ellos tanto los actores como los realizadores. El vídeo se pasó en la comida de Navidad y se premiaron las mejor realizaciones».

Un reto de las cenas de navidad es, por tanto, el hecho de crear un ambiente «familiar» y conseguir que los empleados se sientan parte de esa «familia», cuidados y valorados. Y para ello no hace falta ni un gran despliegue de medios ni un mega-evento… ¿Es el cielo o estoy soñando? Eso se preguntaba el mensajero que hacía su recogida diaria en las oficinas de la agencia Imaginarte cuando sorprendió a todo el equipo con alas angelicales en la espalda. No era el cielo, pero vivían un momento de gloria. Los resultados del año habían sido especialmente positivos y el ambiente propició que la presentación de los objetivos para el siguiente año se celebrara en un entorno celestial.

En un mundo de presión de tiempo y presupuestos, una nueva opción es hacer coincidir la celebración navideña con otro evento empresarial. Así, el pasado año, la empresa de productos de ocio digital Creative hizo coincidir su reunión comercial trimestral, en el Dolce Sitges, con la cena de Navidad. Los empleados se quedaron a dormir en el hotel y disfrutaron al día siguiente de las instalaciones de Spa. Siguiendo con esta línea, Dpevents – Dpmas56 organizó para Sueprat la  conmemoración de su 25º aniversario aprovechando las fiestas navideñas, en un evento en el cual se buscó la complicidad con los asistentes a través de actuaciones de varios magos.

Más diversión que comunicación
¿Es mejor un evento lúdico que uno corporativo? ¿O mejor uno que aúne ambos aspectos? Si la cena de Navidad es un momento en el que se suele tener en cuenta los resultados, la situación de la empresa, o recordar algunos hitos del año, la comunicación, aun así, está en segundo plano, comparado con la dimensión festiva. «En estas fechas, los empresarios realizan una fiesta muy típica y no buscan otra cosa que darles a los empleados una fiesta lúdica. Normalmente este tipo de fiestas son muy tópicas y tienen una estructura bastante básica: cena, actuación y copas», opina Isaac Lisaso de Grupo Factoría de Sueños. Del mismo parecer se muestra Antonio Carrera de Sonrisas Animación: «probablemente sea la única celebración en la que la empresa no se plantea tanto aplicar la cultura y valores corporativos como que sea puramente lúdica y volcada a los empleados, que se erigen en protagonistas».

No obstante, más que un objetivo de comunicación concreta de mensajes, el ambiente relajado de estos eventos puede ser un buen momento para que la empresa muestre sus valores, los comunique a su plantilla, y fomente la integración y el sentido de pertenencia: «el objetivo principal es que los asistentes lo pasen bien y que tengan un recuerdo positivo. Que vean que la empresa se ha esforzado en que pasen una velada divertida. Si esto se consigue, los empleados se sienten más integrados, cuidados y vinculados a su empresa. Por ello la parte lúdica es muy importante junto con una vertiente más corporativa, que les haga sentir que forman parte de los éxitos de la compañía», asegura Inés Carpa. 

¿Quién hace qué? Su organización, según Mariona Casas de Saraus, no depende exclusivamente del departamento de Marketing: es el evento que cuenta con más participación de los varios departamentos. Y así lo confirma Antonio Carrera: «En este tipo de fiestas sí están más proclives a participar y a divertirse activamente por lo que son eventos en los que se pueden plantar actividades donde se les involucre, se luzcan y se diviertan».

Más medios
Si bien la dimensión «familiar» es esencial, este tipo de evento no escapa a la dictadura de los medios técnicos. Todos los profesionales consultados están de acuerdo con que cada vez más, se tiende a utilizar gran cantidad de medios audiovisuales que hagan más espectacular el evento. «Que la gente tenga experiencias dentro de la fiesta es algo que cada vez se demanda más» comenta Sergio Sancho. Melcior Guilera de Gran Mogol está de acuerdo: «La tendencia en este tipo de eventos va hacia unos actos mucho más lúdicos y con gran contenido de actividades experienciales». Actores que interactúen con la gente, teatro de animación, performances… ¿Lo veremos estas Navidades?

Y, si la experiencia es esencial, un buen regalito sigue gustando: al 83% de los trabajadores encuestados por Alta Gestión les gusta que su empresa les regale algo en esas fechas. No deja de ser Navidad…

Publicado en número 17

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