Venue en exclusiva, espacios al aire libre y grupos reducidos para plantarle cara al Covid
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Por el tipo de reunión se buscaba un espacio donde el grupo tuviera mucha privacidad y, además, por protocolos sanitarios también se priorizaba el poder tener el venue en exclusiva y poder estar solos en el hotel. La que fuera residencia y espacio de retiro del presidente Adolfo Suárez, ahora convertido en hotel boutique de diez habitaciones, encajaba muy bien con la idea de tener un espacio en exclusiva que además combinara espacios al aire libre para ofrecer algunos de los servicios de restauración.
En este caso los jardines de la casa, que además lindan con la muralla de Ávila, sirvieron para albergar el almuerzo de bienvenida y también los coffees durante las reuniones. La pausa del café en el exterior permitió aprovechar para hacer la ventilación y desinfección de la sala. Una sala que adaptó su montaje para poder acoger una mesa en U con el suficiente tamaño para dejar entre los diez participantes el metro y medio de distancia social.
Por temas de agenda los almuerzos de trabajo y alguna cena se realizaron dentro del espacio de reunión; un servicio buffet asistido que, para evitar manipulaciones innecesarias de los platos, estos se presentaban en raciones individualizadas ya servidas para cada asistente por los camareros y degustadas en su puesto en la mesa de reunión.
Menos papel y textil para facilitar la desinfección
El hotel se adaptó a las nuevas necesidades higiénico-sanitarias digitalizando la información en zonas comunes, recepción y habitaciones a través de códigos QR. Algunas piezas de mobiliario y decoración de las zonas comunes se han quitado, principalmente las textiles o aquellas de materiales que no admitían una limpieza y desinfección muy frecuente e intensa.
Siguiendo con los protocolos de desinfección, la recogida y reparto de equipajes en las habitaciones se hacía por personal de recepción que etiquetaban las maletas y pasaban a desinfectar las superficies de contacto, para almacenar las piezas de manera separada y que estás solo estuvieran en contacto con su propietario y la persona del hotel encargada de su manipulación, quien las subía a la habitación correspondiente, donde nuevamente se procedía a desinfectar la superficie de contacto.