Incentivo por Sudáfrica bajo el claim ‘naturaleza salvaje’
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La imagen gráfica fue creada en torno a este árbol y la vida salvaje. Fue aplicada a las diferentes piezas de comunicación y al pack que se entregó a los asistentes con regalos útiles para el viaje: un adaptador, tapones para los oídos, un sombrero personalizado, una mochila etc.
¿Qué visitaron durante el incentivo?
Arranca la aventura. Siendo la naturaleza el principal atractivo del destino, no faltó la visita a Seal Island, un refugio para las colonias de focas y cormoranes; también se visitó la Reserva Natural de Cape Point, el Cabo de Buena Esperanza, donde uno siente que está en el fin del mundo, y la colonia de pingüinos Boulders Beach. El segundo día el grupo se trasladó al Parque Nacional de Pilanesburg, donde realizaron un Game Drive por el parque: la experiencia se centró en la localización y observación desde diferentes ángulos de los diferentes animales que viven en la pintoresca reserva africana. Por la noche: cena barbacoa africana al aire libre, “contamos con bailarines de danza africana y banda musical en directo”, señala la agencia.
La visita estrella: las Cataratas Victoria (tercer día). El salto de agua, de casi dos kilómetros de anchura y 108 de altura, corta la respiración y despierta los flashes de todas las cámaras. Supuso, además, un gran reto logístico ya que el grupo era de 400 personas y hubo que desplazarlos en tres aviones especiales. Además, hicieron un crucero para contemplar el ocaso africano, los hipopótamos, cocodrilos y otras especies. No faltó el safari por el Parque Nacional Pilanesberg para vislumbrar a los cinco grandes. “Por la tarde, nos embarcamos en un crucero por el rio Zambezi”, señalan desde la agencia. Hicieron el trayecto que recorre el crucero, un viaje que permitió respirar la magia del entorno, gozar de la exuberancia del paisaje y descubrir animales salvajes en su entorno natural.
Cape Town para el penúltimo día. Durante el tour, se subieron a la famosa Table Mountain, el punto más alto de la ciudad y visita obligada para cualquier visitante. Después, se dirigieron a la conocida Stellenbosch Area, una zona llena de campos vinícolas con espectaculares contrastes de colores, donde realizaron una cata de vinos autóctonos.
Y para finalizar el viaje…. El recorrido terminó a lo largo de la costa atlántica, pasando por los prestigiosos suburbios de Clifton, Camps Bay, y la conocida montaña de Chapman Peak Drive, hasta llegar finalmente a Cape Point. Allí, el grupo cogió el funicular para disfrutar de las estupendas vistas desde el faro. “Tras la subida al faro, nos dirigimos a la playa de Boulders, donde visitamos el famoso y espectacular santuario del pingüino africano”, añaden desde la agencia.
Y por supuesto, no faltó la cena de Gala en el Grand Ballroom del hotel, para despedir el viaje.