Érase una vez… la importancia del customer centric en el congreso AECOC
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Una escenografía casi operística que ocupaba todo el escenario (22m de ancho por 12 de alto) en el que, con una estética industrial, se construyó una biblioteca/editorial donde estaba almacenada toda la información útil para el consumidor. Esta composición teatral permitía establecer un paralelismo entre la época de esplendor económica y cultural del siglo XX y la actual revolución digital que ofrece infinidad de nuevas oportunidades.
¿Dónde el consumidor encontrará todo lo que necesita? Precisamente, en esa gran biblioteca editorial en la que los empresarios de gran consumo clasifican y documentan los productos más innovadores para satisfacer las necesidades de los clientes. Todo estaba dispuesto como si fuera un supermercado: bazar, frescos, congelados, frutas y verduras… Cada una de las zonas o sets tenía un cartel que identificaba los que el consumidor podía encontrar, todo diseñado acorde con el concepto creativo. El mostrador de recepción se transformará en el atril, la salita de lectura en el set de ponentes, una escalera de caracol que sube al piso de administración sería uno de los tres accesos por los que aparecían los ponentes. En el llamado centro del conocimiento se insertó una pantalla de leds de 13m, que funcionaba a modo de ventana donde se presentarían las novedades del sector a través de vídeos realizados por Trílope en sintonía con la escenografía y el resto de elementos decorativos del congreso. El primero de ellos explicaba el concepto creativo y el storytelling del acto, y después, seis vídeos contando el origen y futuro de los principios clave de AECOC: la sostenibilidad, la competitividad/innovación y la digitalización.
Los espacios escenográficos iban cambiando antes de cada pausa para dar paso el invernadero, un lugar para la reflexión y la innovación, que cuando se levantaba la trasera central se convertía en un escenario donde las actuaciones artísticas y el entretenimiento amenizaban la espera entre los diferentes actos, como en una función teatral.
Una performance en directo. El hall del Palacio de Congresos de Madrid también tuvo mucho protagonismo. En sus paredes se colocaron dos lienzos de 10m de altura de manera simétrica a cada lado del auditorio y en ellos, dos artistas plásticos ilustraban y pintaban los murales durante los breaks, mientras los asistentes observan el proceso en directo. Unos dibujos que mostraban los bocetos del proceso creativo de la escenografía y del storytelling, decorando el entorno con el concepto creativo del Congreso desde sus orígenes. En este mismo espacio de entrada al auditorio, al igual que cada set del escenario reflejaba una sección de supermercado, también se distribuyeron los sets para que los más de 1.000 altos directivos de la industria y de la distribución hicieran networking y fuera más sencillo reunirse según el sector/sección a la que pertenecieran o estuvieran interesados.