Una oficina se convierte en el casino de Montecarlo en su 10º aniversario
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El concepto pretendía hacer un guiño a la “azarosa” dinámica del mercado inmobiliario en los últimos años. A partir de esa idea, se rediseñó el logo de la empresa para crear uno que incorporaba el tema del evento y el homenaje a una década de trabajo.
Tras revisar los interiores de decenas de casinos repartidos por el mundo eligieron el de Montecarlo porque la decoración de una de sus salas les inspiró para crear toda la decoración del espacio. Columnas con texturas que simulaban el mármol de colores claros, capiteles con volutas doradas, arcos que daban sensación de profundidad, zonas enteladas, puertas con efectos de cristal… para que el efecto fuera más impactante, cubrieron todo el espacio con moqueta de color burdeos, sustituyeron la iluminación de halógenos por iluminación decorativa en color ámbar, sonorizaron la sala, las mesas de oficina se convirtieron en barras de buffet y bebida, los camareros vestidos como croupiers de casino servían Bellinis y el DJ pinchaba elegantes temas de jazz. Vamos que la tradicional oficina que quedó irreconocible, causando el tan deseado efecto WoW a los invitados.
Pasar una noche en Montercalo era la idea que se impregnó en la decoración, pero no se realizaron los tradicionales juegos de casino, sino que se decantaron por una versión más enológica e instalaron mesas de juegos de vino, en las que los participantes tenían que apostar para adivinar el color, la procedencia o los matices aromáticos de los vinos catados. Una manera de romper el hielo y animar la velada. Al final del evento, los invitados recibieron una caja con deliciosas fichas de casino de chocolate a modo de recuerdo.