Nuestro informe desde la gran misa internacional del mundo técnico
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Este año Prolight+Sound y Musikmesse presentaban nuevo formato, tras el anuncio del pasado año que ProLight+Sound iba a ser el certamen predominante y que iba a pasar a ocupar seis pabellones, la plaza central y el clásico Festhalle, frente a los nada reprochables cuatro pabellones del año anterior.
Este crecimiento no es debido a un incremento de expositores dado que este año se ha reducido considerablemente el número de expositores en Musikmesse y no se llevó a cabo la iniciativa de dedicar un pabellón de ProLight a los fabricantes chinos.
Entonces, ¿a qué debemos el aumento de las superficies de exposición de ProLight+Sound? El crecimiento viene derivado de una mayor demanda de espacio por parte de los expositores, que se han permitido el lujo de incorporar a sus showrooms espacios de pura hospitalidad desde donde observar cómodamente las demos que programaban cada 30 minutos.
Ayrton, a la derecha su escenografía, a la izquierda el balcón VIP
Este hecho, a mi entender, viene a reforzar la idea que la fuerza de un evento ferial reside en que el visitante, tenga o no intención de compra, debe emocionarse con nuestra marca, y para ello es siempre buena estrategia proporcionarle un poco de confort y atención personalizada. La feria ha de proponer experiencias que generen emociones. El target es el cerebro, pero no debemos olvidar el corazón.
RGG LED, fabricante de pantallas como lámparas LED destinó a reuniones un pequeño salón
LightLine fabricante de Laser, optó por un pub victoriano para atender a los visitantes
En cuanto a las novedades técnicas, todos los fabricantes presentan sus últimos productos, recién desembalados, pero quizás más allá de hablar de pixel pitch ínfimos, de las grandes cantidades de lúmenes o de los nítidos decibelios, me quedé con la generalización de la integración que todos, o la mayoría, proponen en referencia a otras disciplinas de la ingeniería y la tecnología.
En resumen, la mayoría de stands disponían del rincón de las tablet o los smartphones, desde donde de manera sencilla podían configurar, ecualizar, modular o controlar sus dispositivos.
Sorprendente ver que entre tanto wireless y bluetooth no había dispositivos solapados, ni ningún vecino con malas artes «troleando» el dispositivo de la competencia, quizás en la mentalidad nórdica no cabe esa posibilidad, pero los que me conocéis ya sabéis que no puedo evitar dejarme llevar por el lado oscuro de vez en cuando.
Pero entre tanto dispositivo móvil se coló una app de la que llevo tiempo oyendo hablar y no pude evitar trastear. Es Lineapp, una app que nos permite crear, mediante nuestros móviles una red de comunicaciones en tiempo real, sin necesidad de conexión a internet, solamente hemos de crear una red wi-fi cerrada, para comunicar a todo el equipo sin necesidad de los obsoletos walkies.