Big Food: gastronomía y diseño en un evento

La Central de Diseño de Matadero Madrid se convirtió el pasado 25, 26 y 27 de septiembre en un hub de foodie design, o lo viene a ser el punto de encuentro de chefs. Restauradores, productores y diseñadores para crear sinergias muy creativas tanto en propuestas gastronómicas como en instrumental de cocina, gráfica para restaurantes o su carta, packaging, interiorismo orientado a restauración.

Con un formato de mercado indoor y de acceso libre para el público, participaron 25 espacios gastronómicos mostrando sus ideas foodies más originales: desde una tapa de cocido que recoge el sabor tradicional pero sin usar la cuchara, unas paellas en forma de piruleta que a modo de saquitos prensados de arroz iban rellenos de verduda y ternera, aceites con aromas de hierba verde recién cortada, tomatera, hoja de aceituna, alcachofa y cáscara de plátano; hasta degustar un gin tonic en formato mermelada o un vino gelificado.

Parejas creativas formadas por chefs y arquitectos o diseñadores mostraron grandes platos en formato pequeño, sus colaboraciones, por ejemplo, un chef crea el bocado y el diseñador el soporte donde degustarlo, el ambiente, la gráfica o, por qué no, también participa de la elaboración de la propia tapa. El resultado: el público pasa de puesto en puesto probando tapas de lo más originales.

Tanta creatividad no se podía solo relegar a los showcookings de los puestos, sino que durante el evento se realizaron varias performances culinarias donde ver cómo preparar un ingrediente puede ser todo un espectáculo.

Talleres de lo más foodie

Además degustar diseño en forma de tapa el evento también contó con una programa de actividades muy apetecible. Los niños pudieron darse al chocolate diseñando divertidas tabletas de cacao o jugar con las formas en un taller de esferificaciones.

Para los más creciditos se dio un taller de tintes vegetales, otro de cómo sacar el máximo partido a las foto de comida con el smartphone y una master class de cómo cocinar con cabeza, donde se habló de transmitir valores de marca a través de experiencias, si es posible no convencionales, culinarias. Un jugoso bocado a base de branding, brand content, diseño, food styling y storytelling.