Desperados rapta a su público para celebrar una fiesta clandestina
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La fiesta clandestina, organizada por la agencia Tango, tuvo lugar en Abroñigal, una estación de aduanas, llena de contenedores de mercancías. Allí en el punto de photocall los rehenes todavía tenían una última oportunidad para pedir socorro, una vez inmortalizados entraban en la fiesta sin nadie que les pudiera salvar.
En el interior tatuadores en directo, gogós bailando en jaulas y retando al público a marcarse unos bailes y conseguir unas cervezas a cambio. Porque como buen secuestro, las víctimas tenían que negociar para conseguir ciertos privilegios durante su rapto: comer hormigas, gusanos, probar chili, taladrase la oreja con piercing, ponerse en manos de un barbero loco….todo a cambio de cervezas.
A pesar de la