La valla humana de Seagram
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La estructura publicitaria ficticia de 3x8m, estaba decorada con actores y bailarines dispuestos sobre una tarima a modo de estatuas humanas.
En el contexto del festival, la marca quiso recrear la América de los años 50 siguiendo su línea de comunicación habitual. El evento, que contó con una animación e iluminación muy de la época, consiguió implicar al público que se encontraba en el entorno gracias a tres botones gigantes que activaban la valla.
Dale al Play
Cada vez que alguien del público pulsaba el botón «Play», las luces se encendían y los asistentes bailaban al ritmo de las canciones. De la misma manera, cuando alguien apretaba el botón «Pause», las luces se apagaban y los bailarines volvían a su estado inicial de estatua.
Un tercer botón con un interrogante y una luz roja a modo de sirena, hacía que los bailarines interactuaran con la persona que lo había pulsado, bajaran a por ella y la invitaran a subir, bailar con ellos y le premiaban con un recopilatorio de las mejores canciones del festival.