Este fascinante planeta llamado EIBTM
Compartir noticia
Escuchar
– Con 3.100 expositores, 65.000 citas pre-acordadas con 3.900 buyers, la 23ª edición de EIBTM es un evento de records. ¿Significan estos datos que el sector se está animando?
– Pues nos parece que sí, porque si en algo hemos coincidido todos los que hemos estado es que se respira otro ambiente: si el año pasado se veían caras más largas y gestos más pesimistas, en esta convocatoria nos ha sorprendido la vitalidad, el empuje y las ganas de salir adelante.
– La unión hace la fuerza. Ya lo decíamos hace un par de meses, aunar esfuerzos está de moda. Hemos comprobado in situ que los datos de diversos estudios como el Future Watch son una tendencia progresiva. En EIBTM 2011, Gijón y Málaga, el Este de Europa (Lituania, Letonia, Estonia), los países del Norte (Dinamarca, Islandia, Finlandia, Noruega y Suecia) e incluso ciudades francesas como París, Lyon y Marsella comparten según los casos, espacios, comunicación y estrategias que reducen costes al tiempo que incrementan su visibilidad y sus oportunidades de negocios por separado.
– El nuevo protagonista de la feria es el iPad: en todos los pasillos, en todos los stands, en todas las conferencias no habido un momento en que los asistentes han puesto aparte su tablet para hacer foto, tuitear sus comentarios o simplemente conocer más sobre el ponente al que estaban escuchando.
– Si el iPad es el rey por lo que concierne a las nuevas tecnologías, el networking lo es en los nuevos formatos: unconference, barcamps, pop up conference, se están afirmando cada vez más entre las nuevas experiencias de meetings. Y es que los eventos de la llamada «generación Y» ya no ven al speaker como centro del evento, sino al participante.
– Este año, además, parece que todos los expositores han apostado por la sorpresa y la espectacularidad de animaciones, flashmobs, mini-shows y cócteles temáticos como la mejor manera de captar la atención de los visitantes… Todavía les debe durar la impresión a los que ayer por la tarde pasaban cerca del stand de Madrid cuando una fuerte voz se lanzó a cantar «Toreador».