Querida Asun, querida chispa
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Pero lo más importante no es esta herencia profesional, sino la personal. Siendo una de las personas de este país que más sabía de eventos y que más orgullosa hubiera podido ser, impresionaba su accesibilidad (como muchos en eventoplus que se cruzaron con ella en algún momento me comentaban esta mañana). Asun era buena, simplemente, siempre interesada en el otro, tomando el tiempo que no tenía para escuchar. Podía ser franca, incluso para decir cosas duras (no se crea MacGuffin siendo angélica) pero siempre con espíritu constructivo, educación y respeto. De este tipo de franqueza que te duele pero que acabas agradeciendo.
Y cuando te sentabas con ella, ¡ahhhhhh!, la chispa. La chispa en sus ojos cuando se sentaba para hablar de eventos, de equipos, o de cualquier tema de la vida, y hacerlo de forma inteligente, tolerante, humilde, inquieta. ¿Cómo es posible tener la piel tan curtida por mil batallas pero mantener intacta esta chispa en los ojos, este interés, esta capacidad de escucha, esta pasión? Me quedo con esta dimensión de Asun, una cualidad rara de accesibilidad, de cercanía, de interés y de pasión después de haberlo hecho casi todo.
Seguro que Asun se ha ido sin hacer todo lo que hubiera querido, pero con la satisfacción de haber hecho muchas cosas únicas. Seguro que nos seguirá inspirando, y nos quedaremos con un poquito de sus cualidades. Sé que the show must go on, pero hoy tiene un sabor un poco agridulce.
Gracias Asun
A la familia MacGuffin le enviamos desde Grupo eventoplus todo nuestro cariño