Poko Frecuente presenta la publicidad corporal
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El soporte corporal actualiza la idea del hombre-anuncio (asociado a la imagen de un hombre enfundado entre dos carteles o repartiendo folletos disfrazado de pollo) para convertirlo en un hombre-marca. Cualquier persona mayor de edad puede ofrecerse como soporte, será el anunciante quien, en función de su target y del mensaje que quiera dar en cada momento, pedirá los perfiles que precise. La única condición: “que sean personas extrovertidas que, por su trabajo o estilo de vida, frecuenten sitios concurridos”. El soporte corporal llega a espacios vetados a los soportes convencionales. “Para promocionar un libro en una biblioteca puedes repartir flyers a la salida de una biblioteca o entrar en ella con el título tatuado en su frente”, señala Aguirre a modo de ejemplo. Aguirre recuerda que, en todos los casos, la publicidad “es temporal, normalmente contratada por un período de un mes” y que en ningún caso se considerarán propuestas para tatuar una marca de forma permanente.