¿Jugando con fuego? Sube el nivel de riesgo en nuestro sector
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La carta viene de cuatro empresas: BIA Seguridad Industrial, Prevent Event, Zion Studio, Trivum Stage, y se dirige “a todas aquellas empresas involucradas en la organización de eventos y espectáculos, y a todas aquellas que forman parte de la cadena de valor”.
Y lo que comenta la carta es algo que también escuchamos de muchas empresas y profesionales: jornadas maratonianas de técnicos encadenando montajes sin descanso; utilización de personal sin nada de formación ante la falta de talento; trabajos en altura hecho sin todo el protocolo necesario… “Vemos a zombies en los montajes, personas que obviamente no están en condiciones de trabajar bien”, nos comenta una de estas empresas, que nos da otro ejemplo que ilustra la baja preparación de cierto personal de montaje: “tengo que formar a la gente a cosas tan básicas como cargar un camión con seguridad”.
La carta avisa: “esta temporada 2022 ha empezado muy fuerte, y se espera que sea larga y con un gran volumen de trabajo. Es por ello que queremos trasmitir nuestra preocupación al haber detectado que en materia preventiva se están produciendo incumplimientos y carencias que previamente a la pandemia ya no eran casi un problema”. Recogemos aquí sus principales mensajes.
Los avisos ya están aquí, escuchémoslos. Escriben esta carta “a raíz de diversos accidentes leves que ya se han producido en la primera quincena del mes de mayo, en ocasiones potencialmente graves y muy graves”. Y, francamente, es lo que escuchamos de otras fuentes: de momento no ha habido problemas muy serios, pero “en mis cinco últimos eventos, ha habido una serie de problemas”, nos comentaba una empresa de servicios técnicos.
Jornadas de trabajo y horarios. El gran volumen de trabajo nunca debe justificar el exceso de trabajo del personal, debiéndose planificar y organizar debidamente los trabajos y los equipos de manera que todo el personal pueda garantizar un trabajo en adecuadas condiciones. El cansancio y la falta de atención son factores clave en la suma de probabilidades para la materialización de un accidente.
Trabajadores sin experiencia. Con la reactivación del sector, muchos profesionales han abandonado la actividad y se ha producido una renovación del personal, sin apenas experiencia. Personal al que no se le debe cargar con responsabilidades que no le corresponden por su inexperiencia, y al que el personal con más experiencia debemos guiar para que sepan valorar la exposición a los riesgos.
EPIs y equipos de trabajo. Es clave que todos transmitamos la importancia del uso de los EPI en función del puesto de trabajo. El calzado de seguridad, los guantes y casco de protección son equipos de protección esenciales durante las fases de montaje y desmontaje.
Equipos revisados. Igual de importante es mantener los equipos de trabajo con las revisiones e inspecciones que le corresponden para asegurar unas condiciones óptimas de seguridad.
Formación. Existen trabajos que conllevan riesgos graves (rigging, conducción de maquinaria, trabajos en altura, electricidad, etc.) y deben ser realizados por personal experto. Se debe formar e informar a estos trabajadores sobre los riesgos, y capacitarles para que puedan llevar a cabo su trabajo de forma segura.
Métodos y procedimientos de trabajo seguros. Por ejemplo, beber en situaciones de calor, protegerse del sol, proteger la piel con una crema solar, pausas para bebidas o alimentos, descansos en zonas sin sol…
En la escenografía también. No retirar partes del escenario que puedan suponer la caída de personas (barandilla, tarimas, etc.); en caso de ser necesaria una retirada puntual, señalizar, proteger el hueco al terminar el trabajo, con la supervisión de personal pendiente. Avisar a todos los trabajadores que se encuentren en las proximidades de la subida y bajada de material. Durante el izado del material está prohibido permanecer bajo la vertical de los mismos, y asegurarse de que los trabajadores tampoco lo estén. Antes de realizar trabajos en altura, comprobar que no llevan objetos ni material en los bolsillos, y que las herramientas y material están asegurados para evitar su caída.
Los autores añaden: “nuestra intención y propósito es contribuir a esta transición que nos toca vivir tras dos años de pandemia, y creemos que entre todos podemos afrontarla si mantenemos unos mínimos indiscutibles y que afectan directamente a las personas que participan. Es el momento de reconstruir el sector y de estandarizar y normalizar patrones que realmente mantengan unos niveles de seguridad adecuados durante los trabajos”. Ojalá hagamos esto antes de que vivamos un drama.
Por cierto, lo comento en mi último editorial: hemos empezado a ver empresas y agencias decir que no a proyectos. Es necesario también saber decir que no a ciertas condiciones de montaje, formas incorrectas e ilegales de trabajar. No olvidemos la responsabilidad que supone organizar un evento, pedir a un empleado que trabaje sin el descanso o el equipo necesario. Decir que no, a veces, es un favor para todos.