Cómo hemos cambiado… y más cambios que veremos
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La parte de planificación, estrategia y objetivos ya los teníamos en el evento presencial, ahora ha tocado reciclar conocimientos y establecer alianzas con otros partners que saben más que nosotros en otras áreas.
Han cambiado cosas, pero en realidad no tantas, solo que se algunas han empezado a usar más. Por ejemplo, antes ya se usaba streaming, el croma o la realidad aumentada como complemento, ahora son protagonistas.
La ubicación ahora es una plataforma, para el venue hay que elegir en qué plató se hace, contar con un croma y montar un escenario virtual. Pero los escenarios se siguen diseñando, pero no se materializan físicamente, no se construyen porque se utilizan en 3D. Sigue habiendo presentaciones en las sesiones y, además, han mejorado gracias a la tecnología como la realidad aumentada.
Aunque hemos tenido que potenciar más la parte de entretenimiento para tener a la gente enganchada y en virtual es complicado, por eso se han tenido que integrar ideas y formatos televisivos para dar más fuerza a los contenidos del evento.
Pero la esencia es la misma, el contenido y la audiencia sigue siendo lo principal y así debe seguir si queremos que siga siendo un evento, aunque sea virtual. Ya sea venue físico o en una plataforma virtual siempre hay que juntar en ella a una audiencia, un contenido y ofrecer una experiencia inmersiva alineada con el objetivo del evento. Por eso hay que elegir bien la plataforma del evento para que permita ofrecer experiencias de todo tipo, tiene que funcionar como un venue camaleónico y versátil que permita hacer desde un webinar hasta una gran feria.
Las fases de organización del evento en su mayoría permanecen igual. Todo surge de una idea y de su desarrollo. Ahora materializarlo puede ser hacerlo en directo o en diferido, algo que en el evento físico el concepto de diferido era incompatible. Sin embargo, ahora conviven o incluso el directo se mezcla con contenidos en diferido y, por supuesto, contenido para el postevento que se puedan consumir bajo demanda.
Hemos tenido que integrar en nuestra forma de trabajar una parte de escaletaje (saber qué y cuándo vas a grabar) y de postproducción importante que antes no había. El diferido o falso directo te acerca al cero error, pero sin embargo marca un ritmo de trabajo distinto.
Hemos pasado a hacer comunicación audiovisual, pero sin olvidar la esencia de lo eventos presenciales. Se requieren experiencias, que pasen cosas, contenidos dinámicos, con ritmo y vamos a tener que combinar y comunicar en modo televisión y en presencial.
¿Y qué está por llegar?
Los eventos son una experiencia extraordinaria, pero si empezamos a incluir componentes de inteligencia artificial en un entorno de gaming o entretenimiento pueden llegar a competir con las series de televisión. Y es que nuestra competencia a la hora de comunicar puede ser los videojuegos y las series de televisión.
El storytelling es el alma de los eventos, es la transfusión de emociones al asistente. El futuro pasa por crear personajes, tramas, un arco narrativo… Un evento es una culminación de una idea y las ideas tienen que tener relaciones emocionales. Por ello debemos pensar en nuestro evento como una serie de televisión que tiene varias temporadas e imaginar cuáles son los protagonistas, las tramas secundarias, etc. En definitiva, crear una historia para nuestro evento.
El futuro está en polarizarnos a otros sectores: la robótica, la aeronáutica, inteligencia artificial y cómo implementarlos con arte y tecnología en eventos.
Una tecnología que nos ayude a dar la máxima personalización. Por ejemplo, aplicando la inteligencia artificial a un speaker. Se podría adaptar la sesión a cada asistente y a través de un chatbot entablar conversaciones personalizadas reproduciendo la personalidad y conocimiento de ese ponente. De tal punto que se podría tener una ponencia en privado, personalizada y hecha a medida de tus interese y el ponente respondiéndote solo a ti en tu casa.